Hoy, Joaquín Torres, director de A-cero, recomienda Amanbagh, uno de los resorts que la cadena Amán tiene en la India. Situado en la región de Alwar, cuya topografía se compone de planicies de arena intercaladas con escarpadas colinas, Amanbagh se erige en contraste como un verde oasis dentro de este entorno tan abrupto. Amanbagh recibe su nombre de los vocablos Aman, que significa “paz” en sánscrito, y Bagh, que significa “jardín” en hindú.
El complejo se sitúa dentro de una estructura de muros empleada originalmente por el Maharajah de Alwar, que lo construyó para situar en un solo emplazamiento todos los campamentos móviles de caza, dispuestos para atrapar a los escurridizos tigres de la región que deambulaban por estas colinas. Tras mucho tiempo abandonado, los árboles y la vegetación sobrevivieron hasta hoy gracias a una fuente de agua subterránea. Evocando la elegancia palaciega de la era Moghul, las suites y piscinas de Amanbagh proporcionan una buena base para explorar el rico patrimonio de Rajasthan, la dramática región fronteriza de la India.
Varias veces premiado entre 2007 y 2010 por prestigiosas revistas y guías de viaje (Andrew Harper, Gallivanter o Harper’s Bazaar), hay que destacar dentro del conjunto los increíbles patios interiores y el valor de sus cupulas abovedadas. El resort Amanbagh se erige pues como un moderno “Palacio Mogul”, concebido en el presente, pero rindiendo homenaje al diseño y la arquitectura de la época dorada de La India.