En este blog estamos explicando cuales son los daños y secuelas crónicas de intervenciones en la vista como la operación con láser o las lentes intraoculares. Documentamos el impresionante negocio que hay montado también en oftalmología (y con escasas pruebas científicas). Hoy os cuento que las clínicas que sustentan ese pelotazo y algunos médicos, quizá por miedo a perder mercado, amenazan con acciones legales a sus víctimas.
En la página web de la Asociación de Afectados por Intervenciones de Cirugía Refractiva (Asacir) pueden encontrarse testimonios como este:
Este es el mensaje que nos envía Bernardo, un afectado amenazado judicialmente por la clínica en donde fue operado con resultados penosos.
A Bernardo, puesto que no era candidato para la cirugía láser ni tampoco para lentes fáquicas, decidieron extraerle un cristalino sano, usando lentes LIO, las que se usan en pacientes con cataratas, pero en este caso se trataba de un paciente joven sin ningún tipo de enfermedad ocular; tan solo el defecto refractivo (astigmatismo y miopía) que hasta entonces era solventado de forma precisa con las gafas o lentillas.
Ahora sufre graves problemas de visión nocturna, de enfoque y ojo seco“.
Que los afectados estén coordinándose y mostrando sus terribles experiencias está poniendo nerviosos a los responsables de las gerencias de las clínicas y a algunos médicos implicados en este negocio.
Tanto que tras leer las palabras de Bernardo el servicio jurídico de la clínica donde la maltrataron y dejaron secuelas crónicas le envió una carta para decirle que lo que contaba era mentira que manchaba el buen nombre del centro sanitario por lo que si no cesaba su comportamiento iban a emprender acciones legales contra él.
Por increíble que parezca, que las clínicas en vez de pedir perdón e intentar enmendar sus errores se dediquen a amenazar a sus víctimas para que no lo cuenten y así que el negocio con la ingenuidad continúe, es un hecho repetido, no aislado. Bernardo no es el único en pasar por ello, otro afectado recibió la misma misiva de la misma clínica.
El propio Alejandro López, coordinador de Asacir, al que he entrevistado en este blog, me cuenta:
En mi caso yo fui denunciado por unos hechos que no cometí de los que finalmente fui absuelto libre de cargos”.
En esta otra entrevista en formato vídeo que le he hecho nos narra los detalles.
“Las operaciones no son tan bonitas como las pintas las clínicas y quienes y quienes cuentan sus dramáticos testimonios en pequeños foros de interne donde reciben la comprensión de otras personas dañadas están recibiendo avisos, presiones y amenazas“, viene a contarnos:
Las clínicas y médicos que amenazan se aprovechan de la situación de indefensión de sus víctimas que han quedado con secuelas físicas y psicológicas. López habla incluso de maltrato en las consultas tras las operaciones fallidas. Se acusa a los afectados de inventarse los daños o exagerarlos y a las mujeres se les acusa de histéricas.
Según estos afectados las clínicas intentan silenciarles para que la imagen irreal y falsa que han creado con la publicidad de sus operaciones no cambie.
Venimos a solicitar, al amparo de la normativa mencionada, la CANCELACION Y ELIMINACION de todos y cada uno de los datos y comentarios alusivos a mi representado que en ella figuran, así como en sus bases de datos y los que hayan podido ceder a posibles terceros”.
Los comentarios no eran injuriosos sino más bien como este:
El dr no me hizo test de ojo seco Schirmer ni BUT, y manipuló el informe preoperatorio considerando mi tolerancia normal a lentillas y lágrima normal. Ahora padezco ojo seco severo diagnosticado por el dr Benítez del Castillo. Tras 4 años no puedo ni leer ni trabajar. Tengo 30 años”.
En uno de esos espacios de información y opinión de afectados cerrado por “razones técnicas” (y que continuó en otro foro de la red) podía leerse en su encabezamiento:
Después de todas las consultas, pruebas y retoques postoperatorios que al final no te sirven para nada porque no te curan nada, y de que ni siquiera se dignen a reconocer el daño irreparable que te han causado, por no hablar de pedirte perdón aunque sólo fuera por vergüenza, tú pasas a ser un chaparrón que ellos tienen que aguantar cada vez que vas a desahogarles tu rabia, otro caso más que ellos trasladan a su departamento jurídico, un inapreciable incremento de su extremadamente bajo porcentaje de clientes descontentos y al final ellos continúan con su vida mientras que a ti no te queda más remedio que volverte a tu casa con tus secuelas, tu impotencia y tu rabia para el resto de tu vida“.
También está la historia de Harmonie Botella, fundadora en su día de la citada asociación de afectados:
Es usted una quisquillosa”, “una maniática”, “una hipocondríaca” y no faltaron los insultos machistas: “eso es que está usted menopáusica”, e incluso llamadas amenazantes a su casa. Esto le decía su cirujano tras arruinarle la vista.
No puedo estar en sitios -explica- donde hay humo porque me queman los ojos. No puedo llevar peso para no tener un desprendimiento de retina. En mi casa, en mi salón, hemos puesto seis focos halógenos más uno móvil para que pueda leer de vez en cuando. Después de las seis de la tarde si no conozco el lugar yo no puedo salir sola”.
Desde el Bufete Almodóvar & Jara nos hemos solidarizado con las personas afectadas por estas operaciones, las de cirugía y las destinadas a intimidarles e intentar que cesen en su digna lucha porque se conozca lo que está sucediendo y que a los demás no nos ocurra.
También les hemos ofrecido consultoría y asistencia legal para llegado el caso responder a estas amenazas e intentos de censura.