Amores de la Belle Époque

Publicado el 12 julio 2010 por Matichica
Este fin de semana me sentí tentada de ver la última película de Stephen Frears, Cheri. Las imágenes de los avances y lo que sabía de la trama me convencieron de ir, pese a algunas críticas poco generosas con el film. Ustedes saben que me gustan mucho las películas de época, que siempre estoy pendiente del vestuario y la ambientación y que trato de encontrarle sus referencias en la moda -de entonces y actual-; así que Cheri reunía todas las condiciones necesarias para no perdérmela. Se trata de una historia de la novelista francesa Colette, quien retrató en sus libros escenas de la vida burguesa de finales del siglo XIX y comienzos del XX en que las mujeres eran las verdaderas protagonistas.


El film recrea magistralmente la atmósfera de la Belle Époque europea, muestra la convivencia de antiguas tradiciones con aspectos vanguardistas propios del nuevo siglo, y encuentra en la siempre hermosa Michelle Pfeiffer una protagonista de lujo para un verdedero drama romántico. Creo que sólo Stephen Frears puede captar la belleza de esta actriz en su máxima expresión. Desde que la filmó en Relaciones Peligrosas -película que ví no menos de siete veces- en la cima de su carrera y esplendor, hasta esta madurez impecable que nos ofrece en Cheri han pasado alrededor de veinte años, y el rostro de Michelle sigue transmitiendo emociones como entonces. La acompaña en el film otra grande con quien se saca chispas actorales, Kathy Bates, mientras que el rol masculino lo protagoniza Rupert Friend.


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La historia es el encuentro de una famosa y "prestigiosa" prostituta madura -Lea, Michelle Pfeiffer- y un joven -Cheri, Rupert Friend- quien no es otro que el hijo de su colega y antigua rival profesional -Madame Peloux, Katie Bates. En tiempos en que la doble moral burguesa toleraba la existencia de estas damas pero que les negaba la vida social, los únicos encuentros permitidos eran entre miembros de este reducido grupo de trabajadoras sexuales. Los años al servicio de hombres famosos, reyes y miembros de las cortes de Europa, les habían garantizado un excelente pasar económico, pero el precio era el rechazo público, razón por la cual Lea sólo se frecuentaba con Mme. Peloux, su hijo, y algunas otras prostitutas retiradas y ya decadentes.



En Lea se ven algunas nuevas influencias del siglo XX. En su guardarropas conviven prendas típicas de la Belle Époque - vestimentas según la etiqueta social: trajes de día, de visita, de noche y de puertas adentro; encajes y adornos de todo tipo en prendas y accesorios; sombrillas, guantes y estolas como complementos; plumas, pieles y tejidos costosos- con los diseños inspirados en las influencias orientales, rusas, hindúes y las creaciones del por entonces joven Paul Poiret: estilo exótico, ausencia de corset y faldas angostas en los tobillos. El mobiliario de su casa y la decoración responden al estilo Art Noveau, mientras que en la residencia de Mme. Peloux, aún se respiran aires del siglo XIX, incluso en sus atuendos y accesorios. El joven Cheri luce como los dandies de entonces, muy atento a la elegancia del traje con levita, chaleco y corbata moño; con accesorios como galera y guantes siempre presentes, el cabello ligeramente largo y un aire melancólico en su gestos y miradas.




La literatura dio mucho material sobre el tema. La vida de las prostitutas de lujo que enloquecían a sus clientes hasta incluso endeudarlos y llevarlos a la bancarrota fue muy bien retratada en la clásica novela de Alejandro Dumas hijo, La dama de las camelias. Allí se narran las vivencias de una de estas famosas mujeres de la vida llamada Margarita Gautier y su amante, el joven Armando Duval.


La obra tuvo su reinterpretación musical en la afamada ópera de Verdi, La traviata. Aquí la historia tiene a Violeta Valery y a Alfredo Germont como protagonistas y narra las mismas circunstancias: un amor prohibido, la condena social, la vida vacía de quiénes eligieron vender sus servicios a cambio de bienes materiales, y la doble moral de una época que condenaba, al tiempo que permitía, la existencia de relaciones paralelas entre hombres prestigiosos y mujeres de la vida. Hay una versión actualizada de esta ópera que a mí me conmueve y fascina. Es la puesta que se llevó a cabo en el Festival de Salzburgo en 2005 con dos intérpretes de lujo: Anna Netrebko y Rolando Villazón. Les dejo un link del inicio del segundo acto en el que Alfredo celebra el haber logrado que Violeta hubiera dejado todo por su amor.

http://www.youtube.com/watch?v=Qwr3bGU5mvU


Y como no podía faltar en este tipo de post, la moda también se hizo eco de la Belle Époque. Con motivo de conmemorarse el cententario del natalicio de Christian Dior en el 2005, John Galliano presentó una colección inspirada en aquella época.



Y en su colección primavera-verano 2010, volvió a hacerlo. Sus modelos lucieron como damas de la Belle Époque con sus capelinas, encajes y tocados de inspiración parisina de fines del siglo XIX.






Y bien, qué me dicen? ¿Les dieron ganas de ver la película Cheri? Yo creo que vale la pena, no sólo por la historia y lo bien que está contada, sino por la ambientación, por permitirnos espiar en las costumbres de aquellos tiempos, y para preguntarnos si no prevalecen aún ciertas prácticas similares. Las jóvenes "botineras", las chicas que frecuentan eventos sociales de alta gama para conocer empresarios y así "salvarse", están a la orden del día, no creen? Pero el film también nos invita a reflexionar sobre las dificultades para entender que a veces el amor está en el lugar menos pensado, en el más inconveniente y a causa de ello se lo deja pasar... La escena del último encuentro entre Lea y Cheri es muy conmovedora, porque expone los sentimientos de ambos, el peso que la sociedad ejerce sobre estos amantes, y la entrega de ella ante la evidencia irrefutable del paso del tiempo. Vale la pena pagar la entrada sólo por este momento...

Espero que este post les haya gustado, que me cuenten si han visto o leído algunas de las obras acá recomendadas y que me dejen sus comments, como siempre. Les deseo un buen comienzo de semana, seguimos on line. Un beso:>