La investigación, liderada por cientificos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis ha sido publicada en la revista Alzheimer and Dementia.
Para las personas con enfermedad de Alzheimer, la pérdida neuronal comienza antes de que empiecen a vislumbrarse los síntomas de la enfermedad. El cerebro produce y borra una proteína pegajosa llamada beta amiloide; pero, si la proteína comienza a acumularse, comienzan a formarse placas en el cerebro y a adherirse a las neuronas causando daño neurológico, contribuyendo al desarrollo y progresión del alzhéimer.
En concreto, contaron con la participación de 41 individuos de 60 años de edad para evaluar la concentración en sangre de beta amiloide. 23 personas dieron positivo en los análisis, lo que evidencia que tenían signos de deterioro cognitivo. Estos participantes también tenían tomografías de PET o intervenciones de punción lumbar para confirmar la presencia de placas amiloides en el cerebro o alteraciones amiloides en su líquido cefalorraquídeo.Los científicos tomaron 20 muestras de sangre de cada individuo (incluidos los que no dieron positivo en beta amiloide) en las siguientes 24 horas. Descubrieron que aquellos que contaban con placas amiloides, los niveles de beta amiloide 42 con respecto a beta amiloide 40 eran alrededor de un 10-15% más bajos.
"Nuestros resultados demuestran que este beta-amiloide puede detectar si el amiloide ha comenzado a acumularse en el cerebro, lo cual es emocionante porque podría ser la base para una prueba rápida y barata de detección de sangre para identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer", finaliza Bateman.