Ancient Rioja Tasting en DWCC

Por Jgomezp24

He tardado en reaccionar a tanto acontecimiento vivido estos últimos diez días. Casi diría que lo siento por haber desatendido al blog de esta forma...pero no, no lo siento. Ha venido como ha venido y he disfrutado de todo con intensidad y no pocas emociones. Por primera vez, podía ir al DWCC (procedente del EWBC, que vi nacer como proyecto en una mesa de La Teca, en Barcelona), gracias a la generosa invitación de Gabriella y Ryan (Catavino). Por primera vez, ofrecía una cata comentada a un público que no sabía quiénes serían (aunque algunos amigos me acompañaron y se lo agradezco de corazón). Por primera vez lo hacía en inglés, con la ayuda y colaboración inestimables del gran Tom Perry (Inside Rioja), que puede que no sea MW ni MS, pero es Maestro de Vinos y de Vida a espuertas, vamos. Por primera vez, presentaba a la prensa un libro sobre vinos que había escrito yo. Muchas primeras veces acumuladas en muy pocos días. Mezcladas, además, con reencuentros emocionantes (Juan B. Chavarri, en La Grajera; Roberto Oliván, en Tentenublo, Viñaspre) o conocimientos previstos e imprevistos (que Pedro Balda, Majuelo de La Rad, fuera vecino pared con pared de Abel Mendoza en San Vicente de la Sonsierra, se convirtió en una ocasión de charla única).
Pero no puedo olvidar lo que nos tuvo, a Tom y a mi, ocupados no pocas semanas: la selección de añadas, bodegas y vinos para nuestra cata inaugural del DWCC, Ancient Rioja Tasting. Tom y yo nos contamos entre los amantes sin tapujos de los riojas de viejas añadas, compartimos pasión por los viejos paisajes con viñedos de La Rioja y por la manera cómo, antes de la masiva industrialización del campo en España, los agricultores desarrollaban su trabajo en los viñedos y hacían sus vinos. Lo más importante: sabíamos (como tantos otros, porque este es un club con muchos "socios...") que los riojas pueden envejecer con una gracia y una sutileza que nos apetecía compartir con los asistentes al congreso. Muchos de ellos no estaban familiarizados con este tipo de vinos y, con la ayuda e imprescindible colaboración de las bodegas, hicimos la selección. Propusimos los datos básicos de cada vino y pedimos a la gente que se concentrara en las copas. Alguno protestó: "¿no hay fotos ni PPT?" No. No las había. Estos vinos piden tiempo y silencio. Lo primero apenas pudimos dárselo...50 minutos. Lo segundo, sí. Pocas palabras y esenciales. Y vino y copa. Tom y yo nos repartimos los vinos. Os ofrezco ahora los que yo comenté, aunque también propongo el orden completo en que catamos todo. Fue un acierto, en mi opinión.

Viña Tondonia reserva tinto 2001 (en magnum). Añada excelente. 75% tempranillo, 15% garnacha, 10% entre mazuelo y graciano. 12,5%. Seis años en viejas barricas. Sin filtrar. Profundo, brillante rubí. Ribete de ladrillo antes de la cocción. Fresco en nariz. Tostados sutiles, avellanas, vainilla, mermelada de naranja. Fino y persistente. Seco, redondo, llena todo. Largo posgusto. Para comprar en magnum y guardar 20 años. Contino. Viña del Olivo 1996. CVNE Imperial Gran Reserva 1995. Añada excelente. 85% tempranillo. 10% graciano. 5% mazuelo. 13,7%. Técnicas habituales en la Rioja moderna (despalillado completo; maceración prefermentativa; maceración durante la FAL; FML en barrica de 225L; clarificado con claras de huevo). Picota de buena coloración. Mirto. Pergamino. Fina evolución, especiado (pimienta negra, cuero refinado), algo de roble en nariz. Eucalipto. Buena estructura. Acidez bien viva. Buena expresión de la fruta. Largo y persistente. Barón de Chirel 1995. Roda I 1994. Añada excelente. 83% tempranillo, 17% garnacha. 13,5%. FAL en roble. Envejecimiento en 1/3 de barricas francesas de primer año, 1/3 de segundo pasaje, 1/3 de cuatro y más años. Estabilizado de forma natural. Color de la cereza roja con un ribete más tenue, anaranjado, fino. Nariz muy equilibrada. Cerezas en alcohol. Vainilla. Aromas de hogar, humo y cenizas. Algo de grafito. La parte oscura y húmeda del bosque en un atardecer de otoño. Buena frescura en boca, elegante y evolucionando de forma tranquila. Un poco de pan de payés tostado. Humo de nuevo.
Beronia Gran Reserva 1982. La Rioja Alta Gran Reserva 904 1982. 85% tempranillo. 15% entre graciano y mazuelo. 12,5. Tras la FAL, el vino se estabilizó  e hizo la FML en tinos de madera de más de 100 años. Después envejeció durante cinco años en barricas de roble americanas. Dos trasvases por año, diez en total. Cereza roja madura con tonos violetas. Brillante y con una luz inusitada. Complejo y especiado. Clavo. Pimienta negra. Hojas marchitas en el corazón del frío hayedo. Setas en el tronco del árbol seco. Paladar de perfecta estructura, pero poderoso: llena todo. Larguísimo posgusto. Es un vino que se encuentra en la frontera del estilo, entre la modernidad y la Rioja premoderna y preindustrial. Carlos Serres Gran Reserva 1970. Marqués de Murrieta, Castillo de Ygay 1970. Añada muy buena. 75% tempranillo. 10% garnacha, 12% mazuelo, 3% graciano. 13%. FAL en tinos de madera viejos de 18 mil litros durante 15 días. Casi el fin de una manera de hacer las cosas...Después del descube y prensado, 312 meses en barricas de roble americanas nuevas y viejas. Embotellado en septiembre de 1998. Brillante color del ámbar oscuro con dejes violáceos. Sutileza de los sabores de la madera vieja. Chocolate a la taza con agua y un poco de naranja. Canela en rama. Cuero repujado. Aguja de pino. En boca es un vino sensual, voluptuoso, con volúmenes y complejidad, de extraordinaria frescura y, al mismo tiempo, marcada acidez y profundidad. Largo y persistente. Un vino muy fino, de paso silencioso, para tomar en la complicidad de las buenas compañías. Bodegas Franco-Españolas. Viña Soledad Blanco 1959.
Las fotos primera y tercera de este post han sido hechas por Paladar y tomar. La foto de las botellas es de la organización de la DWCC y me la pasa Gabriella. A todos agradezco mucho que me las hayan mandado.