La prescripción electrónica ha permitido un ahorro acumulado desde 2003 de 3,1 millones de euros al evitar la receta en papel, lo que ha reducido la necesidad de tener que recurrir a los talonarios de recetas, ya que este documento no es necesario cuando el tratamiento se indica mediante esta herramienta informática, que ya se emplea en dos de cada tres recetas.
Este es uno de los datos en materia de eficiencia del gasto relacionado con la receta electrónica que ha expuesto Andalucía en el IV Congreso Europeo de La Asociación Nacional de Telemedicina de Francia (ANTEL), celebrado en París (Francia), donde se han explicado, además, otras mejoras que aporta este modelo de receta, que alcanza al 99,8% de la población andaluza.
Durante el encuentro, además, Andalucía ha señalado que a los 3,1 millones de euros ahorrados por la reducción de los talonarios de recetas se suman otros 3,2 millones de euros ahorrados al eliminar los trabajos de mecanización de datos para la facturación a las oficinas de farmacia que se requerían con las recetas de papel; es decir, la contabilización de recetas, ya que la información queda recogida de forma directa y automática a través de la aplicación informática Diraya.
Desde que en 2003 Andalucía comenzase a extender el uso de la receta electrónica en los servicios de Atención Primaria, han sido muchas las ventajas que se han ido asentando gracias a este modelo de prescripción y dispensación de fármacos. La principal es que evita a los pacientes crónicos tener que acudir a su médico de forma periódica con la única finalidad de recoger las recetas para la continuación de sus tratamientos.
Gracias a la receta electrónica, en un único acto, el facultativo puede prescribir los fármacos que estime necesarios y en la cantidad que el enfermo necesite para cumplir la pauta durante el tiempo marcado por el médico. Esto supone que, al disminuir el número de consultas que se producen en atención primaria por este motivo, el médico pueda dedicar más tiempo a otro tipo de atenciones clínicas con sus pacientes. Además, contribuye a desburocratizar las consultas médicas.
Tanto es así, que mediante un seguimiento pormenorizado se ha constatado una reducción del 15,28% en el número de visitas a los centros de salud, lo que en términos cuantitativos ha supuesto 38 millones de consultas innecesarias evitadas desde el año 2006. Además, la receta electrónica permite a los usuarios retirar los fármacos directamente de las farmacias andaluzas, independientemente de si se encuentran en su localidad de residencia. La tarjeta sanitaria del paciente actúa como llave de acceso a la aplicación informática Diraya y al módulo de farmacia, por lo que es imprescindible para retirar los medicamentos de la farmacia.
Todas las prescripciones que se realizan mediante receta electrónica quedan, además, recogidas en la historia digital única del paciente, lo que permite que esta información esté disponible para todo el sistema sanitario público andaluz. El módulo cuenta con un sistema de soporte de ayuda a la prescripción que, entre otras utilidades, detecta automáticamente si existe constancia en la historia electrónica de alergia a alguno de los medicamentos indicados o interacciones entre los mismos, alertando al médico y evitando de esta forma efectos adversos a los pacientes. En los casos de pacientes que son vistos por varios especialistas, lo que es frecuente en enfermos crónicos y ancianos, al contener la historia electrónica la totalidad de los tratamientos indicados por los distintos profesionales, el sistema detecta posibles duplicidades de fármacos similares, lo que ha permitido reducir en un 55% las duplicidades innecesarias de fármacos en pacientes polimedicados, mejorando así la seguridad de su tratamiento, el control de su enfermedad y la eficiencia en el gasto.
Sólo en 2010 se emitieron en Andalucía 105,2 millones de prescripciones electrónicas, lo que supone un incremento del 17,9% respecto a 2009 y del 58,66% respecto a 2008.
Andalucía es líder mundial, junto con Dinamarca, en el uso de ordenadores para la realización de la prescripción y en la calidad de la transmisión de información que se realiza entre los centros sanitarios y las oficinas de farmacia. De hecho, la comunidad lidera uno de los grupos de trabajo del proyecto europeo `epSOS´ (Smart Open Services for European Patients). Se trata del grupo de trabajo encargado de definir los servicios que debe prestar la receta electrónica en el ámbito europeo.
El proyecto `epSOS´, que comenzó su andadura en 2008 y finalizara 2011, persigue la interoperabilidad de la historia de salud digital de los ciudadanos, un resumen de esta historia y la interoperabilidad de la receta electrónica a nivel europeo. Si ambos avances tecnológicos, ya disponibles en Andalucía, se operativizan para todos los países de Europa, habrá numerosas ventajas para los ciudadanos que se desplacen.
Así, los profesionales sanitarios que atiendan a un paciente podrán tener acceso a un resumen de su historia clínica y los pacientes podrán, a su vez, obtener en cualquier oficina de farmacia europea los medicamentos que les haya prescrito un profesional sanitario en cualquier punto del territorio europeo