La Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud ha puesto en marcha una campaña de inspección cuyo objetivo es comprobar el etiquetado y la seguridad de biberones, chupetes y broches que se comercializan en nuestra comunidad autónoma y que, al estar destinados a los bebés, son objeto de una atención especial y prioritaria por parte de la Administración autonómica. En total, se llevarán a cabo más de un centenar de controles (entre revisión del etiquetado y tomas de muestra) en este tipo de productos.
Durante los últimos años estos artículos han sido controlados en las campañas generales de información, calidad y seguridad de los productos industriales, si bien este año se ha considerado oportuno desarrollar una campaña específica para este tipo de producto, que se prolongará hasta el 15 de septiembre. En concreto, además de biberones y chupetes, serán objeto de supervisión las tetinas y cualquier accesorio para la alimentación de los bebés, así como los broches para chupetes.
Está previsto realizar un total de 70 controles de etiquetado repartidos por todas las provincias andaluzas (5 en Almería, 10 en Cádiz, 5 en Córdoba, 5 en Granada, 5 en Huelva, 5 en Jaén, 15 en Málaga y 20 en Sevilla). En estos controles se prestará una atención especial a todas aquellas advertencias de seguridad que deben llevar este tipo de productos y se intensificarán en tiendas de precio reducido y bazares. Asimismo, se efectuarán 32 tomas de muestras (5 en Cádiz, 2 en Córdoba, 5 en Jaén, 10 en Málaga y 10 en Sevilla).
Las tomas de muestra se realizarán si se sospecha o detecta que existe alguna irregularidad. En estos casos, los inspectores de Consumo identificarán, mediante factura u otra documentación, al proveedor, distribuidor o importador del artículo, al tiempo que tomarán fotografías de los productos inspeccionados que presenten anomalías.
En el caso de que las irregularidades que presenten los productos pudieran afectar a la salud o a la seguridad de los bebés se iniciará el procedimiento para la inclusión del artículo en cuestión en la Red de Alerta, un sistema europeo de intercambio rápido de información y comunicación por vía telemática para la detección y localización de productos inseguros.
Dicha red, de la que se excluyen los alimentos, los medicamentos y productos sanitarios, que ya cuentan con mecanismos específicos para la vigilancia en dichos ámbitos, funciona en tres niveles: Las comunidades autónomas, el Instituto Nacional de Consumo (INC) y la Unión Europea, y consiste en un instrumento práctico y ágil para controlar la presencia de este tipo de productos inseguros en el mercado.
La comunidad autónoma andaluza ha introducido en esta red en el primer semestre del año un total de 45 alertas, de las que siete se corresponden con artículos de puericultura: tres broches para chupete, una cadena para chupete con un osito de peluche, una mochila porta-bebé, una mini-cuna y un porta-chupete (se adjuntan imágenes). El riesgo de seis de estos artículos era la asfixia, mientras que dos presentaban riesgo de aprisionamiento de dedos y uno de lesiones por vuelco.
Durante 2009 Andalucía notificó 111 alertas, de las que ninguna de ellas se refería a artículos de puericultura. El año anterior, en 2008, fueron 136 los productos inseguros incluidos en la Red de Alerta por Andalucía, de los que 19 eran productos de puericultura.
Un riesgo muy común en este tipo de artículo es el que presentan las tetinas se salen con facilidad de su alojamiento o se rompen, o bien tienen una graduación incorrecta, con lo que permiten salir una cantidad de líquido no recomendada para el bebé.
Durante la campaña de control general de información, calidad y seguridad de los productos industriales desarrollada por la Consejería de Salud en 2009, se realizaron 80 controles de etiquetado de artículos de puericultura, de los que casi un 29% presentaba algún tipo de irregularidad. No indicar correctamente las instrucciones, advertencias o consejos para el uso y el mantenimiento de los productos fue una de las infracciones más comunes.
Igualmente, durante dicha campaña se tomaron 52 muestras cuyo análisis puso de manifiesto incumplimientos en más del 38% de los casos, referidos a los ensayos de resistencia que debían superar los artículos, las dimensiones que debían tener o la composición de sus materiales.
Las sanciones recogidas en la normativa andaluza sobre este tipo de incumplimientos pueden llegar a los 30.000 euros cuando se trata de infracciones graves.