Con su propio tortuoso chasis apenas pudo pre-clasificarse durante la temporada en las manos de Perry McCarthy y el gran Roberto “Pupo” Moreno, que, de forma inexplicable, salvo por su talento y habilidad, logró clasificar aquel lento monoplaza para la parrilla del GP de Mónaco en 26ª posición (más increíble aún fue el jueves, cuando todavía había dos clasificatorias, finalizando en 20ª lugar). El sueño monegasco en carrera duró 11 vueltas, hasta que su motor rompió, a pesar de la retirada el milagro de Pupo ya estaba en los altares de la historia de este negocio.
Finalmente y para terminar, el equipo sufrió la vergüenza de ser sancionado por la FIA, sin poder competir, cuando Sassetti fue arrestado por fraude tras el GP de Bélgica por la policía italiana. Nunca más volvieron a las pistas.