Siempre me cuesta el arranque a la hora de leer un libro. Tanto, que a veces duran meses y años en un estante en espera de ser leídos. Después de recibirlo me tomó 2 meses para elevar la carátula y empezar a ojearlo. El síndrome de París lo abrí a las 17 horas exactamente de un 15 de julio francés. Necesitaba un momento de evasión y aire fresco cerebral y el jardín me pedía a gritos que saliera. Aproveché para darme al oficio de la lectura aprovechando el concierto de cigarras que por estas fechas se aglutinan en los pinos frente a mi casa.
Al sacar el libro de su envoltorio y abrirlo, me di cuenta que una gota de pegamento tenía unas diez páginas secuestradas. Pánico momentáneo al primer intento de despegarlas al ver que se desgarraban. Pasé 15 minutos haciendo un procedimiento casi quirúrgico con un bisturí para liberar hoja por hoja sin cagarme el libro. Nada grave que amputara los relatos. Solo una pequeña y banal cicatriz de papel.
Abro el libro rogando que alcance a leerlo antes del anochecer. Estaba seguro que si lo cerraba para finalizarlo luego terminaría en un cajón para siempre.
El inicio del libro y un tren hacia Annecy Francia
Desconozco en qué momento exacto nació este libro para Aniko. Para mí el libro de Aniko empezó en un trayecto férreo desde Vienne hacia Annecy en Francia. En un momento en el que irónicamente una viajera empedernida se cansa de cierto modo de los viajes y de las consecuencias de estos. Pues viajar está de moda y es la panacea según muchos y puede que tenga razón. Pero pocos cuentan de las consecuencias que el acto de viajar durante largo tiempo puede generar: soledad, impropiedad, desarraigo, cansancio, soltería (entre otras). Esto es lo que la escritora quiere plantear desde su punto vivencial.
Ese día parloteamos como perdidos durante horas en el tren. Luego no recuerdo exactamente lo que hicimos en Annecy. Si retrocedo en el tiempo veo a una Aniko cansada durmiendo tendida en el malecón de madera a orillas del lago de la ciudad y muy a pesar del paisaje espléndido en frente de ella. Como si el ejercicio de vaciar el pesado saco de los sentimientos viajeros la hubiese dejado exhausta. Un día en el que nos dimos a la tarea de aflorar sentimientos, las alegrías pero también las frustraciones de ser viajero por tanto tiempo.
Leyendo su segundo libro “El síndrome de París”, entiendo que en ese tren Aniko Villalba ya tenía claro que en su próxima obra literaria hablaría de sus ambigüedades sobre si ser una viajera nómada o si darse al sedentarismo a ver pasar la vida desde otra óptica.
La primera parte del libro ya Aniko me la había contado sin saberlo. Varias de las frases dichas aparecen en las líneas del libro. Por momentos confundía qué me había contado en persona y qué estaba leyendo en su libro.
De qué trata el libro ?
Ni crean que les voy ahorrar el placer de leer el libro. Pero les puedo decir que en el primer libro (días de viaje) Aniko relata sus periplos por el mundo con palabras desbordantes de inspiración viajera y aventuras rocambolescas. En este libro el tono es más cuestionante sobre el lado oscuro de los viajes. Las consecuencias y efectos de la movilidad y la ambigüedad de utilizar la “viajoterapia” para sanar las heridas, las pérdidas y los desamores. Aniko posee la capacidad de hacernos viajar en sus relatos.
Aparte de catadora de mares, Aniko es una detallista compulsiva. Los sitios reviven a medida que se leen sus relatos.
El síndrome de París es un libro de duelos que aporta algunas ideas viajeras de cómo sobrepasarlos:
- De amor y desamor.
- De la desaparición de los seres que queremos y esperamos reencontrar cósmicamente.
- De volver.
- De irse.
- De quedarse…
Requisitos para leer el síndrome de París de Aniko Villalba
- Haber leído su anterior libro “días de viaje“, para entender la locura viajera de Aniko y conectar con sus gatos (micos) mentales.
- Amar los viajes neuronales.
- Tener una pizca de introversión para meterse en sus tímidas sandalias.
- Aceptar la introspección y a veces la autodérision de la escritora (de burlarse de sí misma).
- No tener miedo a la experimentación viajera.
- Asumir los vacíos existenciales (obligatorio).
- Aguantar la imaginación prolífica de la escritora.
- Leer su blog: muchas de las microhistorias se conectan entre sí y encuentran significado con detalles inesperados.
Un viaje no te resuelve todos los problemas.
El síndrome de París, página 129
Ficha técnica :
- El síndrome de París.
- 256 páginas
- Medidas: 21 x 14 cm.
- Diario de viajes narrativo.
- Edición: José Sainz.
- Ilustraciones: Verónica Cecilia Gatti (Vero Gatti).
- Edición independiente.
- Abril 2016.
Dónde comprar el libro :
En papel o ebook, directamente en la tienda : anikovillalba.com AristofennesBlogtrip | Blog de viajes
Siempre me cuesta el arranque a la hora de leer un libro. Tanto, que a veces duran meses y años en un estante en espera de ser leídos. Después de recibirlo me tomó 2 meses para elevar la carátula y empezar a ojearlo. El síndrome de París lo abrí a las 17 horas exactamente de un 15 de julio francés. Necesitaba un momento de evasión y aire fresco cerebral y el jardín me pedía a gritos que saliera. Aproveché para darme al oficio de la lectura aprovechando el concierto de cigarras que por estas fechas se aglutinan en los pinos frente a…Aniko Villalba y su síndrome de París (viajoterapia)Aniko Villalba y su síndrome de París (viajoterapia)2016-07-17AristofennesEl síndrome de París (reseña)
Contenido - texto
Formato
Diseño gráfico
Usabilidad
Precio
80Libro de viajoterapia
El síndrome de París es un diario de viajes personal de la escritora Aniko Villalba y de sus cuestionamientos acerca de los viajes, la vida y las relaciones con los lugares y las personas.
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