“la imposibilidad de vivir fuera del texto infinito –no importa que ese texto sea Proust, o el diario, o la pantalla televisiva: el libro hace el sentido, el sentido hace la vida”.Roland Barthes
Con Tom Ford, el exitoso diseñador de modas estadounidense, aplica el término "que no hay que estudiar cine para hacerlo", eso sí, se deben de tener buenos contactos, dinero, talento y un bagaje cultural expresado de diversas maneras como lo hace este arquitecto convertido en modista, y desde hace casi una década, cineasta, aunque en el 2005, creó su productora Fade To Black. Aunque sólo ha realizado dos largometrajes, ambos han sido bien recibidos por público y crítica, además de los premios en festivales y muestras; pero cuál ha sido la fórmula o el concepto detrás de este hombre, la primera, y que se hace evidente, es la elegancia de sus obras, que tienen como protagonistas a personajes complejos, frustrados y en un transito de cambio absoluto (en cierta forma, una especie de absolución negativa), por otra parte, y ya centrándonos en Animales Nocturnos, porque Ford logra acercarse a esa idea de la intratextualidad de manera notable, jugando con lo literario, lo cinematográfico y las emociones, como parte de la narrativa y desarrollo de la obra, en una especie de venganza artística, como dice el cineasta en alguna entrevista.
Este doble relato basado en la novela Tony y Susan de Austin Wright, se puede entender como una venganza a través de la literatura pero también como un reflejo de la alta sociedad americana, vista como una especie de demonio, que en su frivolidad y hedonismo, recibe su merecido (una pequeña parte) de la manera más poética posible. Elementos que no son ajenos al director estadounidense, que de cierta manera vive en la paradoja de ese concepto; igualmente, la obra es un acercamiento a la idea del autor versus su creación, pero en este caso, una creación como venganza, en las que las realidades o diégesis: literaria y cinematográfica, se unen narrativamente. El guión adaptado por Ford, es una mezcla de "diálogos", en este caso el cinematográfico y literario, cuando Susan Morrow (Amy Adams) una exitosa galerista de arte, recibe el libro de su expareja Ewdard Sheffield (Jake Gyllenhaal) llamado Animales Nocturnos, el drama y suspenso literarios se verán reflejados en el pasado y fin de la relación de estos personajes; la venganza, muerte y traición en este caso es una metáfora de desamor.El inteligente y muy bien elaborado guión, no sólo destaca por su estructura sino por lo que implica conceptualmente, reflejado tanto en la figura y evolución del personaje(s) de Gyllenhaal como de la narrativa, que está mezclada entre el thriller de la realidad del libro como de lo dramático-social de la realidad en la que Amy Adams es la protagonista. Igualmente, cabe destacar los inteligentes diálogos, las frases memorables y cierta "voz", en la que el propio Ford, pone sus pensamientos.