El trabajo de la diseñadora gráfica Annie Atkins, no sólo se ha podido apreciar en diversos carteles para películas sino principalmente con Gran Hotel Budapest de Wes Anderson, el diseño de diversas piezas gráficas, de estilo artesanal y único para dicha película, le han dado un reconocimiento importante a esta irlandesa, que además de apropiarse de la sensibilidad del director estadounidense, tuvo que recurrir a las mejores presentaciones e ideas gráficas para emular ese fantástico e inexistente universo creado por Anderson. Un trabajo que vale la pena seguir su curso, así como el de otros diseñadores, por todo lo que implica en la construcción cinematográfica y del mismo relato, así mismo por su invisibilidad, y por todo lo que conlleva.