En ocasiones, nos encontramos ante casos en los que los niños lo pasan mal cuando se separan de sus padres o fuentes de seguridad, expresando frases como “mi hijo no quiere ir al colegio”, “llora mucho cuando me voy”, “no quiere dormir fuera de casa”, etc. Son situaciones que repetidas en el tiempo pueden estar formando parte de un trastorno de ansiedad infantil.
Según el manual diagnóstico DSM-V, se trata de un miedo o ansiedad, anormal o excesiva para el desarrollo del niño, ante situaciones de separación real o anticipada con sus figuras de apego. Dicho problema afecta al ámbito social, personal, escolar y familiar, impidiendo llevar a cabo un buen funcionamiento en las actividades cotidianas. Además, padecen al menos tres de los siguientes aspectos:
- Gran malestar constante cuando se vive una separación.
- Preocupaciones recurrentes e intensas ante la posibilidad de perder a las figuras de apego o que puedan sufrir daños.
- Intensa preocupación por que una circunstancia desfavorable pueda causar la separación.
- Rechazo de actividades por miedo a la separación.
- Gran miedo a estar solo.
- Rechazo constante a dormir donde no se encuentra la figura de apego.
- Numerosas pesadillas acerca de la separación.
- Síntomas físicos asociados a la separación.
Duración
Para considerar la situación, los comportamientos o los síntomas un problema, el niño tiene que estar sufriendo este malestar durante al menos cuatro semanas.
Causas
Durante los primeros meses de vida, la ansiedad ante la separación de los padres o personas que son fuente de seguridad para el niño, no es más que un mecanismo de protección ante la necesidad de sobrevivir. Sin embargo, ya con seis meses o un año, el niño es más consciente de lo que puede suponer dicha separación.
Una vez que el niño, adquiere la capacidad de andar, la ansiedad ante la separación varía, pues el niño puede acudir en la búsqueda de su figura de apego. Además, más tarde con la aparición de otros temores evolutivos más específicos como la oscuridad, los payasos, los extraños, etc. provocan que el miedo a la separación se deje más de lado.
Sin embargo, cuando esta ansiedad se mantiene en el tiempo podemos estar ante diferentes situaciones que pueden fomentarla:
- Cuando se ha producido un mal aprendizaje de la experiencia de separación (sin separación gradual de los padres) o se han vivido situaciones traumáticas en las que se ha “castigado” la separación.
- Cuando existe mucha sobreprotección por parte de los padres, no dejando al niño la suficiente autonomía para tomar la decisión de una separación gradual normal en su evolución.
- Casos en los que los padres tienen miedo a la exploración que hace el niño del entorno, impidiéndoles experimentar diferentes situaciones que les sirvan de aprendizaje y en la que puedan desarrollar diversas estrategias de afrontamiento.
- Cuando existen otras experiencias traumáticas de separación en la familia como divorcios, separaciones, fallecimiento de alguien importante.
American Psychiatric Association (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-V. España: Editorial Médica Panamericana.
Pacheco, B. y Ventura, T. (2009). Trastorno de ansiedad por separación. Revista Chilena de Pediatría, 80(2), 109-119.
Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (2008). Trastorno de ansiedad de separación en la infancia (Protocolos). A Coruña.