Es muy frecuente que un niño muestre ansiedad por separación el primer día de guardería o al dormir en casa de un amigo por primera vez, pero a veces la ansiedad aparece con mucha frecuencia o es muy intensa o dura mucho en el tiempo. Si esta ansiedad altera el ritmo cotidiano del niño o repercute en el estado anímico podemos seguir un tratamiento cognitivo-conductual para mejorar el problema siempre personalizado al problema que presenta el niño, pero serán de gran ayuda técnicas de relajación, ir exponiendo al niño a las situaciones temidas, identificar pensamientos generadores de ansiedad y transformarlos en otros alternativos y que el niño vaya adquiriendo autocontrol a base de reforzar las conductas de autonomía que deseamos incrementar en él. También, la técnica de autoinstrucciones parece ser muy positiva. Esto puede ayudar a que el niño incorpore habilidades de afrontamiento que resultarán muy útiles ya que en el futuro la vida planteará desafíos que generarán estados de ansiedad. También los padres a lo largo del tratamiento van consiguiendo extinguir conductas que queremos reducir y van reforzando y animando al niño a practicar las habilidades adquiridas, como la relajación y las autoinstrucciones.
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