Cuando se está inmerso en la ansiedad, muchas veces ya cansados y angustiados nos preguntamos "¿Hasta cuándo?"... y ello sin quererlo, nos provoca más ansiedad. Esto me recuerda un pequeño cuento. Había una vez un discípulo muy preocupado por un problema que llevaba padeciendo mucho tiempo. - ¿Cuánto tiempo me llevará resolver mi problema? - preguntó muy angustiado. - Ni un minuto más de lo que tardes en comprenderlo - respondió el maestro. Comprender lo que te provoca la ansiedad es fundamental. La respuesta está dentro de nosotros. No la busques fuera.