Esta semana, un poco por casualdiad he escrito sobre artistas que utilizan la fotografía como medio de expresión y construcción de discursos analíticos sobre la sociedad (Gustav Metzger y Pere Noguera). Sus obras me han hecho recordar la obra de Susan Sontag y en especial el último ensayo que publicó en vida, Ante el dolor de los demás (2003).En él, Sontag aborda cuestiones ya planteadas en su famoso Sobre la fotografía (1977) y cuestiona las conclusiones a las que ella misma había llegado en dicho ensayo. ¿Qué papel juegan las imágenes que representan escenas de violencia en la construcción de nuestra moral? Es moral retratar el dolor? Es únicamente una forma de saciar nuestro instinto morboso o tiene un fundamento social, histórico que va más allá del simple espectáculo? Es más, ¿puede el dolor ser bello? Susan Sontag se atreve a cuestionar tabúes como este último, reconociendo que ciertas imágenes de dolor y destrucción, como ciertas imágenes de los atentados del 11 S resultaban incómodamente bellas. Tampoco rehúye de la morbosidad y del placer a través del dolor que el hombre puede sentir ante una escena macabra, citando como ejemplo a Goerges Bataille y una fotografía, Las lágrimas de Eros, que lo acompañó a lo largo de toda su vida. Pero es moral que el dolor sea bello o debe siempre contener la crítica moral que nos hace rechazar semejante acto? En las sociedades de la información se produce una anestesia visual debida al bombardamiento de imágenes a la que estamos sometidos, pero ello no le quita fuerza moral a una imágen que expone y denuncia la maldad humana. No es posible ni tolerable a día de hoy sorprenderse de las monstruosidades de las que es capaz el ser humano. Las fotografías del horror nos demuestran de lo que es capaz el hombre. Ahora bien, concluye Sontag, ¿es posible substraerse a la eterna seducción que ejerce la guerra? No lo sé, pero espero que mientras el arte exista, hallaremos obras como las de Goya, Gustav Metger o Jeff Wall (citado por la propia Sontag) que nos empujarán al rechazo firme contra la violencia.