Jenny Downham
Esta primera novela de la británica Jenny Downham - que gracias al boca a boca se encaramó en el primer puesto de vendas de Inglaterra durante semanas - no se parece a ninguna de las muchas que se han publicado sobre el mismo tema. Descubierta por el editor David Fickling - a cuyo fino olfato debemos hallazgos cómo la trilogía de Philip Pullman, El curioso incidente del perro a medianoche o El niño con el pijama de rayas -, la historia de Tessa ofrece una mirada mucho más amplia que el dudoso espectáculo de compartir un trance doloroso.Una nueva percepción del tiempo, la re-definición de la relaciones con los padres y amigos, las primeras aventuras amorosas, en suma, un proceso de madurez acelerado que, narrado con inolvidables momentos de ironía y humor, destila una vitalidad sorprendente al tiempo que invita a la reflexión sobre el verdadero valor de las cosas.
Cuando toma en serio esa lista y empieza a realizar algunas cosas y vuelve a “vivir” la vida y se enamora, Tessa es otra y le puedes coger cariño y te da pena que cada vez está peor y yo cambié de opinión sobre que quería que ya se muriera y deseaba —en lo profundo— que un milagro sucediera, esto viene quizá a mitad de la novela. Cuando siente que la vida se le va y no le alcanzará el tiempo para hacer algunas cosas te rompe un poco y es cuando ella les escribe cartas de despedida a su padre, su madre, a Cal (su hermano pequeño), Zoey (su mejor amiga), a Adam (el chico que la hizo crecer en todos los aspectos), y más que nada es una carta para que continúen sus vidas y no tanto una despedida. Así que eso se me hizo lindo. Es cierto si toda la novela hubiera sido así, lo más probable es que hubiera dicho que era una historia comercial con todo el propósito de vender, me parece que entre las situaciones le faltó equilibro y no ser tan rosa, pero tampoco tan negra.