Esta noticia me lleva a preguntarme ¿Cuántas personas quedan en nuestra sociedad con este tipo de ideas? ¿Cuántas de nuestras ideas son el cultivo para que la desigualdad, el machismo y la violencia machista sigan hoy vivos? Pocas horas después de las “declaraciones” del sacerdote la Ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad sentenciaba, según Europa Press, que “Mientras haya una muerte por violencia de género no habremos acabado nuestra lucha”. No se si son unas declaraciones fuera de contexto o si yo estoy buscando tres pies al gato, pero ¿nuestra lucha es solamente contra las muertes por violencia de genero o contra cualquier tipo de violencia y contra la desigualdad (que es una forma más de violencia)? ¿Nuestra lucha acabará cuando no haya más muertes? La desigualdad y todos los estereotipos machistas que le acompañan son la principal causa de la violencia de género y por supuesto este tipo de violencia es mucho más que el asesinato o las agresiones físicas.
Leo un artículo de El País de hace un año que dice que “tras años de avances en igualdad, los expertos alertan de que falla la educación y de que sigue dominando una visión romántica del amor en la que las chicas lo aguantan todo, seducidas por una figura dominante y protectora”. Y yo me pregunto, ¿hemos avanzado tanto en igualdad? Y me respondo que sí, que desde los tiempos donde los hombres se emborrachaban y pegaban a sus mujeres pero no las mataban hemos avanzado mucho. Pero aun quedan muchos valores ocultos, muchas ideas que parecen superadas y que no lo están y que afloran cuando alguien quiere defender públicamente mensajes políticamente correctos pero que chocan con esas creencias escondidas.
Y me río cuando un amigo me dice que para qué eran necesarios los centros de la mujer que hemos cerrado, me sorprendo cuando alguien defiende que la desigualdad ya no existe o qué solo se da en círculos marginales, que la violencia hacia la mujer son casos aislados, me enfado cuando oigo que ahora son las mujeres las que tienen el poder y los hombres somos pobres victimas en sus manos (y eso no implica que siempre los hombres sean los malos y las mujeres las buenas). Y lo hago porque veo muchas relaciones que están basadas en la dependencia, en hombres fuertes que protegen a mujeres débiles, en falsas ideas de un falso amor romántico que no es verdadero amor, que no está basado en la libertad, sino en la posesión del otro. Y lo hago porque una cosa es lo que se dice públicamente (o se intenta decir) y otra es lo que se piensa.