El fregadero en su estado original
Un desastre... el grifo estaba muy bajo y no entraba el cubo del agua, se veían los bajos del fregadero (vale que es un garaje, pero lo cortés no quita lo valiente) y encima, el agua salpicaba las paredes y se me encharcaban las juntas, desprendiendo partículas del cemento que estaba bastante reciente.
En vista de estos inconvenientes, se me ocurrieron varias mejoras fáciles de llevar a cabo, contando con un presupuesto muy bajo y aprovechando al máximo cosas que ya tenía de antes.
El grifo
Me negaba a cambiarlo entero, así que sustituí el cuello del grifo por una manguera de ducha que tenía de cuando reformé el cuarto de baño de mi casa. De este modo, no sólo lleno el cubo fácilmente, sino que además puedo llevar el agua a las dos pilas.
La parte baja
Para ocultar esa zona, se me ocurrió poner un riel extensible de plástico. Hice dos agujeros con el taladro, metí unas alcayatas en forma de L en el cemento, adapté la largura del riel y colgué una cortinilla. Por cierto, la cortinilla está confeccionada a partir de un retal que tenía guardado.
Las paredes
Para que las paredes no cogieran humedad, pegué unas planchas de plástico amarillo con silicona transparente y los bordes los sellé con silicona blanca, de modo que no se cuele el agua entre las rendijas.
Éste es el resultado final... Por lo que me ha costado, no se puede pedir más...