Los pediatras recuerdan que, los antibióticos son medicamentos que se utilizan para tratar infecciones producidas por bacterias y que no son efectivos frente a virus u otros microorganismos. El riesgo del uso indebido y el abuso de antibióticos se debe al desarrollo de resistencias a los mismos por parte de los microorganismos, de tal forma que si no los cuidamos entre todos, mañana no servirán para curar.
Así, además de llamar a la responsabilidad de los profesionales de la salud de utilizarlos adecuadamente y basándose en la evidencia científica actual, los pediatras apelan a la de los padres, quienes deben confiar en su pediatra. Solo reduciendo el uso inapropiado de antibióticos nos protegeremos de las conocidas como superbacterias multirresistentes, ya que cada antibiótico que nos ahorramos es una nueva opción terapéutica para el futuro.
Los antibióticos no son analgésicos y no pueden aliviar el dolor de cabeza, garganta o quitar la fiebre. Hasta el 80% de las infecciones invernales que afectan a la nariz, los oídos, la garganta o los pulmones es producida por virus, por lo que administrar antibióticos al niño no va, en ningún caso, a aliviar esta sintomatología. Además, en muchas ocasiones, existe presión de la familia que exige un determinado antibiótico para que se cure el catarro de su hijo y los síntomas de los catarros se pueden aliviar con otros medicamentos, como los analgésicos que disminuyen el malestar, el dolor y la fiebre.
Fuente: AEP (Asociación Española de Pediatría)
Otras fuentes: Antibióticos ¿Cuándo y por qué?