Antídotos para la esperancitis

Por Valedeoro @valedeoro

¿Cuántas veces has postergado alguna actividad esperando a las circunstancias perfectas? Empezaré a hacer deporte cuando ya no haga tanta calor. Cuando haya reformado mi despacho, haré unos cambios importantes en mi negocio. Algún día debería [insertar actividad interesante].

A la espera de las circunstancias perfectas, y sin definir las mismas, tienes la excusa perfecta para seguir soñando, dándole vueltas y quizás hasta quejándote de que tu vida es siempre más de lo mismo. Te has infectado con la “esperancitis”.

Esperancitis: la condición de esperar por esperar

La esperancitis se está convirtiendo en una especie de epidemia. Sus síntomas son bajones de ánimo, desgana de vivir, la sensación de que nunca pasa nada interesante en tu vida mezclada con una difusa esperanza de que algún día todo cambiará. Algún día las estrellas se alinearán y de repente sabrás qué tienes que hacer y lo harás sin grandes esfuerzos, como si hubieras contratado una agencia de viaje que te organice la vida.

La esperancitis te promete una vida fácil, cautivante, en la que todo te sale a la primera y no hay tropezones de ningún tipo. Confía en el universo y espera, que el momento perfecto llegará algún día.

O no.

Porque es muy posible de que tu esperancitis se basa en el miedo de enfrentarte a algo nuevo, el miedo de defraudar a tus propias expectativas, el miedo de que tú no vales para esto y que es más seguro que sigas con lo de siempre hasta que un día las estrellas se alinearán y todo cambiará.

¿Cómo sabes si padeces de esperancitis?

Nadie sabe muy bien como se transmite esta enfermedad, y además parece que no hay cura completa. Yo tuve mi último surto con el reto Desabúrrete. La idea la tuve en marzo y me pareció una idea genial para probarla “algún día”. A inicio de julio me di cuenta de que sin intervención este reto no iba a materializarse nunca.

¡Tenía miedo! Miedo de que nadie se iba a apuntar, de que iba a quedarme yo solita en el grupo. Miedo de que se iban a burlar (de mi y) de mis retos por ser demasiado difíciles / demasiado fáciles / demasiado normales / demasiados raros… Tenía miedo de que el experimento iba a ser un fracaso con lo cual yo sería una fracasada.

Por supuesto que mi cerebro hizo cuestión de recordarme de todos los momentos de mi vida cuando algo no salió como yo lo esperaba. Es muy creativo en este aspecto, mi cerebro, porque quiere protegerme de cualquier tropezón en la vida.

Antídotos prácticos contra la esperancitis

Hay especialistas que dicen que la esperancitis se basa en tu pasado y que por lo tanto tienes que entender y analizar tu historia personal. Yo prefiero soluciones más pragmáticas que me ayuden en el ahora. (Nada impide que vayas tratando tu historia mientras tanto).

Conociendo mi cerebro, decidí combatir miedo con miedo: a inicios de julio decidí la fecha del reto, lo anuncié en mi círculo más cercano y elaboré un plan de acción con las tareas necesarias (crear los retos y sus descripciones, crear el grupo, escribir el texto de explicación etc.)

Seguía teniendo miedo de como iba a ser acogido este reto. Al mismo tiempo no quería defraudar a las personas que ahora estaban esperando este reto. Yo me considero una persona que cumple con sus enunciados, así que no tenía otra opción que pasar a la acción y preparar todo para que el proyecto siguiera adelante. Entre el miedo difuso a un rechazo posible y el miedo muy real de defraudar una expectativa definida, mi cerebro decidió actuar.

¡Ojo! Eso no significa que no hubiera estado super nerviosa tanto al abrir el grupo como al publicar los primeros retos. Actuar no significa que necesariamente todo va salir bien, solo significa que algo va salir (aunque sea un aprendizaje).

¿Qué primer paso puedes definir hoy para pasar de la idea a la acción?

PD: El video mensual de Mentes Inquietas de Julio recogerá mis aprendizajes en detalle. Si te interesa participar en el grupo, infórmate aquí.


Foto original: Mikael Kristenson / unsplash.com