Cuando discutes con alguien hay veces que utiliza argumentos que lejos de apoyar sus tesis, ponen de manifiesto su ignorancia supina sobre el tema y lo profundamente equivocado de su postura. Hay argumentos tan fácilmente rebatibles que se vuelven en contra del que los lanza, como si de un boomerang se tratara. Muchos de los argumentos que utilizan los antivacunas cumplen estas características.
El mercurio: Un argumento boomerang de los antivacunas
Los que se niegan a vacunar a sus hijos parecen un poco despistados. Todos te dicen que las vacunas son malísimas, pero no se acaban de poner de acuerdo en el por qué. Unos te dicen que solo sirven para que las multinacionales ganen dinero, lo cual es cierto; aunque quizás deberían considerar que van a continuar haciendo caja vendan vacunas o aspirinas. Luego cambian y dicen que no es por el modelo de negocio, sino que son malas para la salud. Aquí también hay varias versiones: unas veces por que los efectos secundarios no compensan los beneficios, otras por que provocan autismo, últimamente es la narcolepsia y los más atrevidos por que las multinacionales directamente quieren envenenarte ¿en que quedamos? ¿No iban a por tu dinero? si te matan mal negocio harán. Para apoyar este argumento dicen que las vacunas contienen mercurio, que el mercurio es tóxico y que por eso hay que prohibirlas. Y después de decir esto se quedan tan anchos. Este razonamiento no demuestra en absoluto que las vacunas son malas, sino lo profundo de su desconocimiento de la química más elemental.Una víctima del mercurio en la nómina de Disney
El mercurio es un elemento metálico que tiene la propiedad de ser líquido a temperatura ambiente. La imagen que todos tenemos del mercurio en el interior de un termometro, o de un líquido plateado que en el suelo tiende a formar bolitas (te acuerdas del robot malo de Terminator II) es su forma elemental (sin carga eléctrica). En esta forma el mercurio es muy insoluble y su toxicidad es muy baja. Los dentistas antiguamente lo utilizaban para formar la amalgama con la que hacían los empastes. En algunas zonas se daba una cucharada de mercurio como purgante (menuda barbaridad, para que luego digan de los remedios de la abuela). La cosa cambia si sube la temperatura. Los vapores de mercurio si que son tóxicos. En Inglaterra en el siglo XVIII y XIX se utilizaba una solución de mercurio para tratar el fieltro con el que se harían los sombreros. Como la mayoría de talleres no contaban con la ventilación adecuada, muchos sombrereros acaban con problemas neurológicos por la inhalación de estos vapores. De ahí la expresión inglesa de Mad as a Hatter (loco como un sombrerero) ¿Te suena de algo?, ya sabes por que en Alicia en el País de las Maravillas sale un sombrerero loco y no un zapatero o un sastre. Los vapores de mercurio tienen la culpa. Luego están las sales de mercurio, que entre otras cosas, se acumulan en el riñón y literalmente lo machacan. Una dosis de entre 1 y 4 g puede ser fatal. Curiosamente la medicina tradicional china y la medicina ayurvédica (que tanto alaban muchos antivacunas como alternativa al pérfido sistema sanitario occidental) utilizan el sulfuro de mercurio como sedante. Es tremendamente tóxico y peligroso, pero nunca he oído a un antivacunas denunciar este hecho, ni preocuparse por el mercurio en este contexto. También la homeopatía utiliza el mercurio, pero ahí lo único preocupante es que te toman el pelo. La homeopatía simplemente es azúcar a precio de oro.Karen Wetterhahn
Por último tenemos la cuestión cuando el mercurio se enlaza con un átomo de carbono para formar un compuesto organomercuriado. Normalmente cuando hablan de contaminación por mercurio se refieren a este tipo de problemas. El principal es el debido al metilmercurio. El metilmercurio puede aparecer como producto de la contaminación industrial. En el mar se incorpora a la cadena trófica y los peces lo acumulan en el tejido graso, de donde puede pasar al hombre, dando lugar a episodios de intoxicación masiva como el terrible el terrible minamata. El metilmercurio ataca al sistema nervioso central, produciendo entre otros efectos, ataxia, temblores y amnesia. Una molecula parecida, el dimetilmercurio (dos atomos de carbono unidos al mercurio) es una de las neurotoxinas más fulminantes que se conocen. La química Karen Wetterhahn murió manipulando esta sustancia, por culpa de una gota encima del guante. Y ahora, después de asustarnos un poco con la toxicidad del mercurio, vuelvo a las vacunas. En muchas vacunas se utiliza como conservante el thimerosal, un compuesto que al metabolizarse se convierte en etilmercurio ¿es el veneno potente causante del minamata?¿Te puede matar una simple gota? No, hay una “m” de diferencia. Esto quiere decir que la cadena unida al mercurio tiene dos átomos de carbono, en vez de uno como en el caso del metilmercurio. Por lo tanto la molécula de etilmercurio será más grande que la del metilmercurio. ¿Esto supone alguna diferencia? Mucha. Por ejemplo, el alcohol de las bebidas es etanol, con dos átomos de carbono. A corto plazo emborracha y a largo plazo puede tener efectos nocivos en el sistema nervioso. Sin embargo en pequeñas dosis su toxicidad es reducida. En cambio si una bebida alcohólica se adultera con metanol (una molécula de carbono) también emborracha, pero su menor tamaño posibilita que penetre en los tejidos y ataque al sistema nervioso, produciendo ceguera y demencia. Lo mismo pasa con el etil y el metilmercurio. El metilmercurio es un veneno potente, pero el etilmercurio es un conservante que a las dosis que se emplea en vacunas su riesgo es mínimo (¡¡y no produce autismo!!). De todas formas, debido a la presión de los antivacunas, está en proceso de sustitución por otros conservantes. O sea que ya tienes un motivo menos de preocupación, déjate de tonterías y vacuna a tus hijos.