Antojos, posibles causas y soluciones

Por Mrdieta @dieta_peso

A veces sentimos la imperiosa necesidad de consumir ciertos alimentos. ¿Significa eso que tenemos deficiencia de alguna vitamina o nutriente?.  Por ejemplo, si se me antoja zumo de naranja, ¿significa que necesito más vitamina C?”.

Si los antojos fueran un indicador de alguna deficiencia nutricional, a todos se nos antojarían frutas y verduras. Pero de hecho, esto rara vez ocurre y la mayoría de los antojos suelen ser carbohidratos, alimentos muy dulces o salados y de alto contenido en grasas, lo que puede ser un buen indicador de que los antojos no están relacionados con deficiencias.

Los antojos se relacionan más a menudo con estados emocionales y psicológicos.

Sentimientos de ansiedad, culpabilidad o la fluctuación hormonal causada por los ciclos menstruales, por ejemplo, resultan tener un impacto medible en los antojos. Hay una excepción: los que anhelan hielo, barro o tiza puede tener pica, una deficiencia de hierro más común en las mujeres que en los hombres.

Pero eso no significa que los antojos no sean reales. Los investigadores han podido determinar que las regiones del cerebro asociadas con la memoria, la emoción y el estrés se activan cuando una persona está teniendo una intensa ansia por la comida. La respuesta del cerebro a  esas emociones y a los estímulos externos es aumentar el nivel de la “hormona del hambre”, la leptina.

En otras palabras, el estrés, la tristeza o el aburrimiento sumados a la influencia externa conspiran para que sintamos hambre. Lo que se nos antoja puede ser lo que tenemos en nuestro frigorífico, lo que vemos en la publicidad, lo que come alguien en el metro…   O puede basarse en nuestra la infancia ya que, muy a menudo, se nos antojan alimentos que consumíamos en la infancia en busca de consuelo.

Macarrones con queso, crema de chocolate, galletas, patatas fritas, helados… son alimentos “infantiles” (a todos los niños les gustan). Hemos asociados esos alimentos con recuerdos de momentos felices. Pero no es casualidad, ya que los alimentos que son altos en grasa y azúcar ayudan a producir la serotonina, un neurotransmisor que ayuda a sentirse tranquilo y relajado. Así que, cuando comemos los alimentos que anhelamos, nos sentimos reconfortados así que volveremos a consumirlos la próxima vez que necesitemos consuelo.

Entonces, ¿cómo luchamos contra lo que parece ser un círculo vicioso?. Busca otro tipo de distracciones, haz algún deporte, practicar relajación, reflexiona sobre tus sentimientos cuando tienes esos irrefrenables antojos, busca pasatiempos que aplaquen esos momentos de aburrimiento y estrés para entretener las manos y la mente.

Si aun así te sigue asaltando algún que otro antojo, cómete una galleta, ¡¡pero no todo el envase!!  ;)

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