La galería de Ida Pisani en MIlán, Prometeo, abre ell 10 de mayo la muestra del artista guatemalteco Anibal López (1964), un clásico del espacio, que remite a través de una serie de escultura a la violencia en su país:
luego que la religión desplazó el espacio de las creencias, reflexiona el artista, la violencia cobró el color de dinero que se transformó en el color de la sangre.
Su obra monocroma, realista y de pequeño formato, exige la atención minuciosa del espectador para descubrir el perverso universo donde el poderoso masacra al más débil.
Hasta el 11 de julio en Via Ventura 3, Milano.
Por lo demás, López fue reconocido en el medio por su viaje desde Paraguay a Brasil para ingresar clandestinamente en San Pablo los elementos con los que armaría su instalación para la Bienal 07, donde el ingreso de su obra no había sido admitido oficialmente.
Aquí un video que recuerda un evento memorable para el artista y para un trabajo bien concreto, metiendo el cuerpo y apostando el riesgo, contra la censura.