Cierra los ojos y respira profundamente una vez.
Imagina que tienes delante de ti un plato lleno de guisantes.
Cada guisante es un miedo que has tenido o tienes en tu vida.
Observa como al lado del plato hay un tenedor y una cuchara.
Coges la cuchara y recuerdas lo que te paralizaba antaño.
Entonces aplastas ese miedo que ya no existe.
Después, decides coger el tenedor y pinchar uno de tus miedos actuales.
El guisante se desinfla y tú te sientes eufórica.
Lo haces así con todos los guisantes del plato, hasta que desaparecen.
Respira tranquilo.
Abre los ojos.
Y recuerda...
El miedo se aplasta con una cuchara y se pincha con un tenedor.
¿Y por qué no?
¿Por qué seguir enganchado a los miedos?
Tú puedes hacer que eso cambie.
Aplasta y pincha tus miedos.
Ya sabes que...
Tú puedes.