Aplicación de la Terapia de espejo en la rehabilitación motora tras un ictus.

Por Integracerebral @Integracerebral

Más del 50% de los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular o Ictus padecen secuelas discapacitantes en las extremidades superiores que impiden el desarrollo de las actividades de la vida diaria de forma natural.

Seis meses después del ACV, el 38 % de los pacientes recuperan ligeramente la destreza en el brazo afecto y sólo el 12% muestra una recuperación funcional después de haber recibido rehabilitación convencional. Muchos de los pacientes aprenden a no usar el miembro superior afecto por lo que las secuelas se agravan. Por estas razones, los programas destinados a la restauración de la función de las extremidades superiores son una de las partes más importantes de la rehabilitación en este tipo de patologías.

La terapia del espejo fue introducida por primera vez en 1992 por Ramachandran y Rogers como terapia analgésica para reducir el dolor del miembro fantasma. Se trata de una técnica en la que el paciente debe movilizar su miembro superior no afecto, al mismo tiempo que se fija en el reflejo del movimiento de este en un espejo colocado en vertical en el lado del miembro amputado, de manera que este último quede tapado.Al mirar al espejo el paciente percibe el movimiento como una acción realizada por el brazo amputado. La ilusión visual del movimiento de las extremidades afectadas genera una retroalimentación positiva a la corteza motora, que a su vez puede interrumpir el ciclo de dolor.

Existen numerosos estudios que demuestran la eficacia de esta técnica en patologías como el síndrome del dolor regional complejo, dolor neuropático, Enfermedad de Parkinson y una hemiplejia o hemiparesia después de sufrir un accidente cerebrovascular.

La Terapia de espejo ha demostrado mejoras en la función del miembro superior parético después de sufrir un Ictus en cualquiera de sus fases. Esto es importante ya que se puede aplicar en pacientes en un período crónico. El mecanismo que media este fenómeno aún no está claro pero parece relacionarse con la convergencia del feedback visual y somatosensorial en el cortex parietal, o con la actividad de las neuronas espejo.

Es un método simple, barato y dirigido directamente por el paciente que podría mejorar la función de la extremidad superior afectada. La ilusión del espejo del movimiento normal de la mano afectada podría sustituir la disminución del input propioceptivo por lo que ayudaría a reclutar áreas del cortex premotor y asistiría a la rehabilitación a través de la íntima relación entre input visual y las áreas premotoras.

El paciente sentado introduce el miembro superior afectado en una caja sin posibilidad de visión. El miembro superior sano se coloca frente al espejo y se le solicitan movimientos simétricos con ambos miembros superiores (movimientos básicos de muñeca, mano y dedos. También se acepta la posibilidad de manipular determinados objetos). Se pueden combinar estos ejercicios con otros con ojos cerrados para el trabajo del input somatosensorial.

En la actualidad su aplicación en la clínica (por lo menos en el ámbito público) aún no está muy extendido salvo en aquellas Unidades específicas de Ictus o de Daño Cerebral que cuentan con un equipo de rehabilitación más especializado. Existen pruebas que demuestran que la terapia de espejo junto con un programa de rehabilitación convencional es más beneficioso en términos de recuperación motora que un tratamiento similar sin terapia de espejo. Desde el área de Terapia Ocupacional en el centro de Integra Daño Cerebral se está llevando a cabo la aplicación de esta técnica, combinada con otras como la Terapia Bobath, o el Ejercicio Terapéutico Cognostivo.