Aprende a comer más lento

Por Sportfactor @sportfactor

Una de las formas que garantiza que aumente nuestro perímetro abdominal es comiendo demasiado, pero también podemos conseguir el mismo efecto si comemos menos, pero lo hacemos a la velocidad de la luz. Es muy habitual que las personas se sienten a la mesa y literalmente devoren todo lo que se encuentran a su paso.

De hecho varios estudios demuestran que las personas que consideran que comen rápido suelen tener un IMC más alto.

El Índice de Masa corporal (IMC) es una medida de asociación entre el peso y la talla de un individuo ideada por el estadístico belga L. A. J. Quetelet, por lo que también se conoce como índice de Quetelet.

Se calcula según la expresión matemática:

IMC = Peso / estatura (al cuadrado)

IMC = 80/1,80 * 1,80 = 24,6

La razón

La ciencia ha demostrado que existe una relación directa entre el estado emocional y la velocidad a la que comemos. Como nos encontramos emocionalmente activos, estamos menos pendientes de lo que nos llevamos a la boca de forma habitual. Buscamos la satisfacción a través de la comida y queremos comer más rápido para conseguir antes esa “satisfacción”. En resumen, lo queremos rápido y lo queremos ya…

Comer rápido impide que las terminaciones nerviosas de nuestro estómago llamadas receptores de estiramiento manden un mensaje a nuestro hipotálamo para decirle que estamos saciados.

Entonces, ¿qué podemos hacer para bajar el ritmo cuando comemos?

Pues para eso está Sportfactor, ya sabéis que a grandes males, grandes soluciones y esta mañana de nuevo vamos a dedicarnos a ver cómo podemos ayudaros.

Como controlar la velocidad a la que comemos

# Relájate antes de comer

El estrés laboral, familiar, personal, nos hará sentir que necesitamos comer más rápido, por tanto lo mejor es recordar antes de iniciar la ingesta de alimentos momentos agradables en lo que realmente estábamos relajados. Unas vacaciones, una sesión de masaje recibido…cualquier situación que nos calme y evite que comamos de forma compulsiva.

#Utiliza cubiertos pequeños

Incluso si sabes utilizarlos los palillos chinos son una gran opción. Comer con este tipo de utensilios, hará que las porciones que nos llevamos a la boca sean más pequeñas, alargando por otro lado el tiempo medio que invertimos en comer.

# Disfruta de los primeros tres bocados intensamente

Al prestar atención y analizar la textura, el color y el sabor de la comida, engañamos a nuestro cerebro haciéndolo creer que nos sentimos más saciados de lo que realmente estamos. Tomate tu tiempo, sobre todo al inicio de cada comida.
# Coge el cubierto con la mano NO dominante

Si eres diestro, come con la zurda (y viceversa). Ya que te costará más coger la comida y llevarla a la boca, de nuevo implicarás más tiempo en ingerir todos los alimentos.

# Bebe agua entre bocado y bocado

No hace falta que sean grandes sorbos, lo importante es que desvíes tu atención del plato y deposites los cubiertos en la mesa. De este modo dilatamos el tiempo que hay entre uno u otro bocado.

# Mantén una conversación

Comer solo es casi una garantía de que vamos a comer a toda velocidad y si lo hacemos mirando la televisión, ahí estamos perdidos…ç

Lo mejor es aprovechar la hora de la comida para mantener una conversación con la persona/personas que estén sentadas a nuestro alrededor. Todo el tiempo que invirtamos moviendo los labios, no lo implicaremos masticando.


# Añade especias o salsas picantes

Las especias, señalan a los receptores del cerebro que estamos comiendo, es decir, nos hace ser más conscientes del presente y de la situación que se está desarrollando. Otra ventaja es que si son picantes, hará que bebamos más agua y por tanto comeremos más lento.

# Evite los refrescos y otras bebidas dulces hechas con jarabe de maíz alto en fructosa.

Un estudio de la Universidad de California en San Francisco, demostró que este tipo de jarabes añadidos a las bebidas gaseosas bloquean una hormona que se encargue de avisarnos de que estamos saciados.

Comida basura  + refresco con gas….= DESASTRE

# Bebe té negro

Un estudio del Journal of American College of Nutrition encontró que el té negro reduce los niveles de azúcar en la sangre un 10 %  durante 2 horas y media tras su ingesta, razón por la que nos sentimos llenos más rápido y evitamos tener hambre mas tarde.