Aprendiendo a vivir

Por Rms @roxymusic8

Hace poco leía un artículo de un buen amigo hablando de la importancia del gerundio en ciertos verbos. Y hoy quiero subirme al carro de los gerundios con el verbo aprender porque, sí, uno aprende haciendo en el tiempo y no de una. En ese haciendo caben muchos intentos con sus victorias y fracasos entre comillas. Estoy redescubriendo el significado de aprender y trato de interiorizarlo o, al menos, hacerlo vida. Es una palabra amable. ¿Y qué significa eso? Que deja un buen sabor de boca y paz en el corazón el tener la posibilidad de probar, una y otra vez, hasta cogerle el pulso a algo. El disponer de un espacio para la prueba, sin juicio, las veces que se necesiten. El poder descubrir, en los tiempos de cada uno, lo que se requiera saber, vivir o aprender. Se puede amar el proceso de aprendizaje. Se puede amar lo que se aprende. Se puede amar aprendiendo. ¿Y por qué me ha dado por esta palabra este último tiempo? Intuyo que no es casualidad y, más bien, es por necesidad. Hay momentos en la vida en que uno ve con más claridad o la vida misma le hace toparse con limitaciones humanas para acoger la realidad tal cual es y acogerse a uno mismo tal cual es.

Quizá lo que más me ha impactado descubrir, y ya lo he comentado más arriba, es que aprender es una experiencia amable. Pensaba que lo tenía sabido desde hacía mucho tiempo atrás, pero mi propia experiencia de vida me ha demostrado que no llegaba a comprender hasta qué punto era necesario que rompiera con esquemas mentales o vivencias del pasado. Y he ahí la cuestión. ¡Cuánto nos influye lo que hayamos vivido antes! Ya sea en la familia (sobre todo aquí), en el colegio o en nuestro entorno más familiar o de confianza. Ahí es donde elaboramos lógicas que muchas veces son ilógicas y muy pocas veces son reales. Entre las ilógicas andaban las mías. Por ejemplo: "todo tiene que salir bien a la primera". Y esta muletilla que acompañaba a todas no tiene desperdicio: "no cabe el error". ¿Cómo puede hacerse amable una experiencia de aprendizaje a una persona que no la ha percibido nunca así? Y sí, en la teoría es comprensible y muy lógico saber que aprender conlleve tiempo, caídas, conocer lo mejor y lo peor de uno mismo. Y hasta emociona leer libros sobre procesos de personas que buscan crecer personalmente, pero al final siempre se topa uno con sus recuerdos y con fuerzas interiores que son más potentes que las nuevas verdades que se están acogiendo y viviendo poco a poco.

En respuesta a ese cómo de la pregunta de arriba en negrita he podido encontrar lo que también comentaba más arriba y que es lo que yo estoy pudiendo vivir para romper con experiencias pasadas y atreverme a errar, a no hacer todo bien a la primera, a permitirme mostrarme como los demás: humana. En definitiva, a ser vulnerable. Es importante saber que se puede probar, una y otra vez, hasta coger el pulso a eso que tengamos entre manos: puede ser algún aspecto de carácter, a adquirir alguna virtud o realizar una nueva tarea. También pensaba que saber que se tiene un espacio para la prueba, sin juicio, las veces que se necesiten es un alivio porque no siempre se percibe e incluso no se recibe acogida ante un error o pequeño descuido u olvido. El juicio es un arma muy potente que puede dejar sin confianza a las personas. Y esto es duro porque muchas veces lo que uno recibe y vive, lo hace con los demás y se sufre el doble. Otra de las cosas que ayudan a aprender es poder disponer del tiempo que sea para descubrir lo que se requiera saber, vivir o aprender. No hay prisa, cada uno tiene su ritmo, sus necesidades, sus habilidades y sus limitaciones. Aceptar esto es un gran paso y poderlo hacer vida es un gran salto hacia adelante.

Supongo que en la base de todo aprendizaje está la confianza en uno mismo y en las cosas que están alrededor. Y con las de alrededor me refiero a las personas con las que trabajemos, nos relaciones o ante quienes estemos viviendo ese proceso de aprendizaje en el área que sea de nuestra vida. Poder tener esa seguridad interior es vital. Saber que no habrá castigo si erramos sino palabras de ánimo y compañía para recorrer ese camino, que la imagen de uno no va a cambiar para los demás sino mejorar porque todos empatizan con uno, y que la vida se trata precisamente de aprender a vivirla y nadie nace sabiendo todo... es un gran alivio. Porque como dice un famoso refrán "unas veces se acierta y otras se aprende" que no reprende (cuántas veces hemos añadido esta parte erróneamente). Todos conocemos la famosa hoja en blanco con un diminuto punto negro en alguna parte de la blanca superficie y nos hemos lanzado a contestar al profesor que lo vemos en lugar de apreciar más la gran superficie blanca. En la vida se trata de esto mismo: poder ver la hoja en blanco pese al punto negro, o sí, ver el punto negro para aprender de él porque forma parte de nuestro proceso de aprendizaje