Si..., seguro que a más de uno le trae recuerdos... A una de nosotras le retrotrae a su infancia, cuando, año tras año, toda la familia cogía el tren coche-cama con dirección a Madrid. Su padre tenía uno de estos preciosos relojes que, cerrado en su cajita incorporada, hacía el mismo recorrido hacia la capital. ¡Cuánto nos divertía ir en esos dos compartimentos (los padres en uno y las dos hijas en el otro) divididos y unidos a la vez por una puerta que siempre, en cada desplazamiento, iba abierta de para en par....! Las manillas iluminadas de ese despertador nos decían la hora en la oscuridad del vagón... Pero ese reloj un buen día desapareció. Una verdadera lástima, porque hoy hubiera decorado cualquier rincón con el sabor de lo antiguo, con la belleza de los recuerdos y con la añoranza del que se fue. Foto Foto Foto Foto Foto Nos hubiera encantado seguir teniendo aquel reloj. De momento la otra de nosotras tiene uno más actual que también decora lo suyo. ¿No creéis?