Aquella dieta maldita

Por Loracueto




¡Gordo maldito! Me decía mi madre cada vez que me veía, mientras que yo opinaba lo mismo, pero no de ella, sino de aquella dieta que me habían recetado los médicos. Es que me disgustaba el hecho de que me obligaban a comer esas cosas que la gente le llama “Verduras”, como lo es el tomate y la lechuga, que cuando vienen en las hamburguesas es lo primero que desecho. Aquel día en la mañana, encontré sobre la mesa un plato con “esas cosas asquerosas”, así que quise demostrarle a mi madre que nadie, ni el ser más repugnante de este mundo, sería capaz de probar siquiera una pequeña pizca de lo que había en ese plato y de ser así prometería que en adelante solamente me dedicaría comer verduras hasta el día de mi muerte. Una miserable mosca hizo que mi vida placentera se convirtiese en una penuria.
GIANFRANCO ECHEVERRY HERNANDEZ.