En la siguiente acuarela, otro árbol de Bienservida (Albacete). Prácticamente iguales recursos que en la anterior, incluso el mismo papel y pigmentos. Se recurre a otra técnica que no en todos los papeles funciona: rascados en seco, con un cutter o algo afilado. Al trazarlos a lo largo del tronco, siguiendo sus formas, se aporta un relieve y una textura especialmente controlable. En los árboles del fondo, una pincelada rápida, casi en seco, deja visible el grano del papel, blanco, sin pigmento. Eso añade una rugosidad muy fuerte, que queda así en las zonas de luz o que se cubre con una capa diluida bastante transparente que deje traslucir esos brillos.
En la siguiente acuarela, otro árbol de Bienservida (Albacete). Prácticamente iguales recursos que en la anterior, incluso el mismo papel y pigmentos. Se recurre a otra técnica que no en todos los papeles funciona: rascados en seco, con un cutter o algo afilado. Al trazarlos a lo largo del tronco, siguiendo sus formas, se aporta un relieve y una textura especialmente controlable. En los árboles del fondo, una pincelada rápida, casi en seco, deja visible el grano del papel, blanco, sin pigmento. Eso añade una rugosidad muy fuerte, que queda así en las zonas de luz o que se cubre con una capa diluida bastante transparente que deje traslucir esos brillos.