Viendo las imágenes del incendio de la catedral a orillas del Sena, no podía dejar de sentir varias cosas: Por un lado, que mis hijos se iban a quedar sin poder visitar, el que a todas luces, para mi era el monumento más bonito de París, sobre todo ese paseo por el cielo al lado de las gárgolas. Por otro, que algo mío se estaba quemando también, recuerdos, sensaciones. También la impotencia cuando ves que algo hermoso se destruye, sin que tú ni nadie pueda hacer nada por evitarlo.Ver elevarse esas llamas en el cielo parisino, te da la sensación de que es nuestra vieja Europa la que es pasto del fuego. Vemos quemarse nuestra historia, nuestros orígenes. París recibe un nuevo golpe. Me embarga una terrible tristeza. ¿Encontrarán en las brasas el corazón de plomo de algunas de las estatúas que han perecido en el incendio?
Viendo las imágenes del incendio de la catedral a orillas del Sena, no podía dejar de sentir varias cosas: Por un lado, que mis hijos se iban a quedar sin poder visitar, el que a todas luces, para mi era el monumento más bonito de París, sobre todo ese paseo por el cielo al lado de las gárgolas. Por otro, que algo mío se estaba quemando también, recuerdos, sensaciones. También la impotencia cuando ves que algo hermoso se destruye, sin que tú ni nadie pueda hacer nada por evitarlo.Ver elevarse esas llamas en el cielo parisino, te da la sensación de que es nuestra vieja Europa la que es pasto del fuego. Vemos quemarse nuestra historia, nuestros orígenes. París recibe un nuevo golpe. Me embarga una terrible tristeza. ¿Encontrarán en las brasas el corazón de plomo de algunas de las estatúas que han perecido en el incendio?