Claro que, precisamente por ser PFW, la ciudad estaba plagada de celebritis, diseñadores y famoseo y ninguno quiso perderse LA fiesta. Por supuesto Anna, que es muy diva ella, no defraudó a su público y bajó del techo sentada en un columpio de flores, ¡qué divaza!
Y volviendo al tema, era la semana de la moda en París y allí se reunió lo más de lo más para ver las nuevas propuestas de los diseñadores. A destacar:
Un desubicado Raf Simons para Dior que cogió un poco de esto y un poco de lo otro a ver qué salía, et voilá... un repaso por la historia de la maison sin aportar nada nuevo (ya sé que las comparaciones son odiosas pero donde esté Galliano...)
Menos mal que cuando ya lo dábamos todo por perdido aparece Lanvin y arregla cualquier desastre. Y hace de los cortes masculinos lo más sexy para la mujer y deja a todos con la boca abierta.
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