Los jóvenes lo compran hasta en los boliches. El millonario lobby de los laboratorios farmacéuticos.
Por Raquel Roberti
Se vende en las farmacias, en los quioscos, por delivery telefónico, a través de Internet y hasta en estaciones de servicio y boliches nocturnos. La compran hombres de todas las edades, incluso adolescentes, y también mujeres. De color azul en su presentación más popular, es una pastilla que todo el mundo quiere tomar. A punto tal que las cifras oficiales indican que se venden, en promedio, 38 comprimidos por minuto. Lo que equivale a más de 54.000 por día, casi dos millones por mes y 20 millones por año, casi tanto como la aspirina. Pero si a esos números se les agregan las ventas no oficiales (todos los sitios no habilitados para comercializar medicamentos), los promedios se elevan hasta resultar en que cada argentino, hombre, mujer o niño, toma al menos una vez por año uno de esos comprimidos. Se trata de las drogas sildenafil, tadalafilo y vardenafil, indicadas para tratar la disfunción eréctil y que se conocen bajo el nombre genérico de Viagra, la marca que lanzó el primero de esos productos al mercado internacional. No se acabó el mundo, como predecía el viejo adagio, pero sin duda todo el mundo se dedica a cumplimentar la primera parte del dicho popular: a tener sexo. Químico, pero sexo al fin.