No he mencionado la suerte que espera a los embriones que sobran en cada proceso de fecundación artificial (“embriones sobrantes”, son llamados), condenados en el mejor de los casos a vivir en una fase interrumpida de su desarrollo o a ser finalmente destruidos en estériles ensayos clínicos, que los utilizarán como simple material genético de deshecho para mayor gloria de los científicos. Eso sólo empeora el panorama. Me parece que las dos consideraciones anteriores bastan de momento para justificar por qué la FIV es contraria a la dignidad y respeto debidos al ser humano.
No he mencionado la suerte que espera a los embriones que sobran en cada proceso de fecundación artificial (“embriones sobrantes”, son llamados), condenados en el mejor de los casos a vivir en una fase interrumpida de su desarrollo o a ser finalmente destruidos en estériles ensayos clínicos, que los utilizarán como simple material genético de deshecho para mayor gloria de los científicos. Eso sólo empeora el panorama. Me parece que las dos consideraciones anteriores bastan de momento para justificar por qué la FIV es contraria a la dignidad y respeto debidos al ser humano.