Una pieza de arquitectura muy especial, contrasta y a la vez se integra en la naturaleza... ¡perfecta!
En el interior, el suelo de madera de cerezo crea un cubículo en la parte baja de la construcción, donde se alberga la instalación de calefacción radiante. Sobre el parquet y en la parte más ancha del cilindro, se ha instalando todo el mobiliario de roble hecho a medida, en un suave y estético contraste con la madera rojiza del suelo. En el interior, las paredes se han dejado sin revestimiento alguno: al igual que en el exterior, el hormigón tratado potencia la fuerza de la estructura. La casa, que interiormente consta de dos plantas, distribuye las zonas públicas en la planta baja y los dormitorios en la zona superior.
Via: Interiores minimalistas
La Ventana de Gogo