Arquitectura fúnebre

Por A-Cero Blog

Mañana celebraremos el Día de todos los Santos, y aunque tal día como este cientos de familiares visitarán a sus seres queridos, cada vez más gente acude a los cementerios motivados por visitas guiadas para contemplar las grandes obras de arte que se encuentran entre sus muros.

Esta semana queremos mostraros una selección de grandes obras arquitectónicas fúnebres dentro y fuera de nuestras fronteras, que os recomendamos visitar por su gran belleza.

CEMENTERIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ALMUDENA

El Cementerio de Nuestra Señora de La Almudena está en el barrio de Ventas (Madrid), tiene más de 120 hectáreas de extensión para albergar a los más de cuatro millones de almas que descansan en él, su capacidad sobrepasa la actual población de Madrid. Encierra entre sus tumbas y mausoleos un gran patrimonio artístico, histórico y paisajístico.

El cementerio de La Almudena surgió en 1884 como camposanto provisional junto a la entonces en construcción Necrópolis del Este. El original cementerio de La Almudena, inicialmente proyectado por Arbós y Urioste, destaca por su grandiosidad y belleza arquitectónica. El elemento central de su trazado, una gran cruz trebolada, constituye una configuración simbólica que hace del cementerio un solo y único monumento. La gran fuerza expresiva del complejo arquitectónico está considerado por los expertos como la mejor expresión de la corriente modernista de la arquitectura madrileña.

CEMENTERIO IGUALADA, DE ENRIC MIRALLES Y CARME PINOS

Diseñado por Enric Miralles y Carme Pinós en Barcelona, conceptualizaron las ideas poéticas de un cementerio para los visitantes, para empezar a entender y aceptar el ciclo de la vida como un vínculo entre el pasado, el presente y el futuro. Incrustado en las montañas de Cataluña, el Cementerio de Igualada fue diseñado como un paisaje escalonado que se funde con su entorno natural.

Los materiales del cementerio de Igualada atan el proyecto de nuevo al paisaje. Miralles emplea materiales terrosos de hormigón, piedra y madera en el proyecto. Los muros de gaviones, el hormigón envejecido, y los durmientes de madera incrustadas en los muros de piedra evocan el paisaje duro y áspero de las colinas de los alrededores. Los tonos terrosos de los materiales transforman la arquitectura en una estética natural, creando la apariencia como si cementerio hubiera siempre existido y formado parte del lugar.

CEMENTERIO DE FINISTERRE, DE CÉSAR PORTELA

El camposanto ubicado a los pies del faro de Fisterra, diseñado por César Portela, acaba de ser incluido en una Ruta Europea de Cementerios, con la mención de Itinerario Cultural por parte del Consejo de Europa. Se trata de una arquitectura entendida como prolongación del propio paisaje, disuelta en la naturaleza.

La alternativa de Portela desafía el concepto clásico de arquitectura fúnebre acotada, con un cementerio libre en cuanto a sus estructuración. Se trata de una construcción fragmentada  en pequeñas edificaciones articuladas en torno y a lo largo de pequeños caminos existentes, que discurren por las laderas de la montaña, carente de cualquier tipo de cierre, y con la presencia continua del mar como telón de fondo. MONUMENTO AL HOLOCAUSTO EN BERLÍN, POR PETER EISENMAN

El Memorial del Holocausto no es un cementerio sino un monumento diseñado por el arquitecto norteamericano Peter Eisenman, conocido en el mundo de la arquitectura por ser uno de los fundadores e impulsores del llamado movimiento deconstructivista.

Sus propuestas se caracterizaban por la superposición de geometrías, dando lugar a espacios truculentos, tortuosos, que transmitían sensaciones de caos y movimiento. Por ello llama poderosamente la atención este proyecto de Eisenman para el monumento de Berlín: una grilla perfecta y racional de 2711 bloques de concreto, de 2.38 m de largo x 0.95 de ancho y cuya altura varía entre 0.2 m a 4.8 m… este juego de alturas permite a los visitantes “desaparecer” entre las losas, debido a una topografía ondulada. Hay quienes consideran su estética demasiado brutal, una imagen de cementerio.

EL CEMENTERIO DEL BOSQUE, DE ERIK GUNNAR ASPLUND Y SIGURD LEWERENTZ

Skogskyrkogården, El Cementerio del Bosque,  de Erik Gunnar Asplund y Sigurd Lewerentz está ubicado al sur de la ciudad de Estocolmo. Los arquitectos suecos fueron los ganadores de un concurso en el año 1915 para la construcción de un gran cementerio en Estocolmo, con un proyecto que evocaba antiguas tradiciones suecas de enterramiento;con claras referencias al romanticismo nacional sueco y una especial atención al papel del bosque (el proyecto incluye el paisajismo del cementerio).

El cementerio está construido adaptándose a la naturaleza del bosque, con varias capillas y un crematorio. Su forma ha sido un modelo seguido en la construcción de otros cementerios. Además, cuenta con dos áreas de bosque (“Bosque del recuerdo”), donde se entierra de forma anónima; alrededor de estos bosques se pueden dejar flores, encender velas y meditar. En Suecia se acostumbra enterrar los restos tras ser incinerados. Skogskyrkogården fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1994 por la Unesco.

PANTEÓN NUBE, DE CLAVEL ARQUITECTOS

Este panteón ubicado en Murcia, cuenta con una superficie cercana a los 40m2. Se trata de un lugar que evoca la transición entre dos mundos. La fachada quebrada (una interpretación de  las tablas medievales desplegables) solo puede abrirse en un orden concreto. En el interior encontramos una nube atravesada por los rayos del sol. Situaciones atmosféricas que encontramos en la naturaleza y que conectadas con nuestra referencias culturales de lo divino estimulan nuestro lado más espiritual.

La abstracción de dicho momento se materializa en la abstracción de la nube blanca, que es el final del recorrido en espiral que partiendo del sótano asciende hacia la plataforma intermedia y continua en el espacio de la nube donde nuestra vista se pierde dentro de la atmósfera irreal y abstracta que invade el lugar.

PANTEÓN FAMILIAR DISEÑADO POR A-CERO

Basando en las perfectas y armónicas proporciones del rectángulo, se crea una pieza ascendente de líneas puras, conservando la proporción áurea. Sensibilidad, armonía, sencillez y un profundo respeto inspiran este singular proyecto que os mostramos.

Como en Proilea (una de las más hermosas construcciones antiguas que se pueden observar en la ciudad de Atenas), una imponente puerta originaria China (del siglo XVI) es el punto de entrada del monumento funerario. Los sólidos materiales que lo construyen parecen crear un umbral ente lo mundano y lo divino, al tiempo que protegen la privacidad del interior.

En el interior se conserva la sobriedad presente en todo el edificio. En él, una espléndida cruz se abre en la pared mediante dos aberturas perpendiculares terminadas en laminas de acero que permiten el paso de la luz. Buscando la máxima luminosidad, todo el interior se ha revestido de mármol “Macael”, cuya blancura acentúa y hace resplandecer la luz dentro del sepulcro.

Un trabajo en el que se ha buscado aunar presente y futuro en un equilibrio perfecto, recurriendo a la historia clásica y a la escultura para crear una arquitectura con un lenguaje eterno.