Arroz caldoso estilo montes de malaga

Por Carmenrosa @MicocinaCR

Un Domingo cualquiera del año 64 ó 65, había que madrugar para ir a misa de diez. Estrenaba, como casi todas las semanas un vestido que mi madre me hacía con un “retalillo” como ella decía, en ésta ocasión con un cuello blanco del que salía una “chorraera” de encaje, tan a la moda “ye-yé” de ésa época. El mismo encaje que bordeaba los puños.

El largo con sumo cuidado de que no se subiera más allá de las rodillas, mi padre cuidaba muy mucho que no llevara minifalda, por lo que sutilmente se me veían las rodillas, hasta ellas llegaban los calcetines altos de hilo blanco, con dos bolas a cada lado de la pantorrilla; calzaba unos zapatos de charol negro que tanto me gustan desde que tengo uso de razón.

Dejo de escribir un momento y miro mis pies que reposan en mi silla de escritorio y sonrío, mis mocasines de charol brillan igual que antaño.Vuelvo nuevamente al pasado, a aquel Domingo de primavera mi madre terminaba de arreglarme, peinaba mi pelo y tiraba de él haciéndome una cola de caballo que adornaba con un gran lazo negro de terciopelo; con paciencia cogía mechones de pelo que enrollaba con sumo cuidado a su dedo índice y conseguía con la ayuda de un simple peine, como por arte de magia, hacerme tirabuzones.Un poquito de colonia Heno de Pravia y a buscar a los amigos.Toñi, Carmeliya, Juanma, Amable…todos guapísimos, llegábamos a la Plaza de la Iglesia de Carranque, llena de naranjos, donde el olor del azahar se mezclaba con el de las flores que sobresalían de los setos en los jardines colindantes.

Dentro, el olor a cera de las velas, incienso y flores blancas en los altares, calas, llamanovios, claveles, rosas y nardos, quizás preludio de una boda, ayudaban al recogimiento que se rompía con el comienzo de las canciones acompañadas por el sonido de las guitarras.Tras hora y media de obligado cumplimiento, ráudos cruzábamos la calle ya que justo frente a la Iglesia se encontraba el cine, a las 12 empezaba “El Matinal”;inevitable la cola para sacar la entrada, tiempo justo para comprar pipas, correr y coger sitio y ver la película que casi siempre solía ser del mismo tema, de “chinos” o de “comboys”, no sin antes deleitarnos con las clásicas de dibujitos animados en color, Mickey Mouse el Pato Donald, junto con las luchas de kung fu, tiros y puñetazos hacían reir, tocar las palmas (algo habitual en aquella época en los cines) y chillar a la chiquillería, no sin dejar de “luchar” en el graderío con las palomitas y cáscaras de pipas.

Así pasaba la mañana del dia festivo, de vuelta a casa se habían caído los tirabuzones y mis zapatos de charol negros llegaban llenos del polvo del camino.Miro nuevamente hacia mis mocasines de charol y brillan como entonces, aunque no están llenos de polvo.Mi pelo ahora está corto, mi madre no está, no me hará nunca más tirabuzones, pero aún puedo preparar ése arroz al estilo de los Montes de Málaga, que ella preparaba y me encontraba en la mesa después de misa, cine y juegos infantiles.Saboreando el arroz, mirando mis zapatos de charol vuelvo nuevamente a mi pasado. Ella sigue a mi lado.

¿Cómo preparar este exquisito arroz malagueño?

En una sartén con aceite de oliva virgen (estoy usando actualmente de Riogordo, sin filtral, malagueño), freir un conejo troceado (inclusive el higadito) hasta que esté dorado.

Añadir dos o tres dientes de ajo, un pimiento verde, un trocito de cebolla y dos tomates maduros (sin piel) picados en trozos pequeños dejándolo morear a fuego lento unos diez minutos.

Añadir cinco o seis clavos de olor y la misma cantidad de pimienta negra entera.

Una vez hecho el refrito agregar un vaso de vino blanco (uso Montilla-Moriles) y dejar evaporar el alcohol.

Cubrir con agua caliente, salar al gusto y llevar a ebullición dejándolo cocer diez o quince minutos.

Pasado éste tiempo, agregar un puñado de arroz por comensal y dejar cocer unos quince minutos.

Retirar del fuego, colocar pimientos morrones en tiras por encima del arroz.

Aconsejo consumir inmediatamente, de forma que quede caldoso y no se pase.

¡¡ Buen provecho !!