La Baja Edad Media fascina a mucha gente por su arte, del que se conserva una enorme cantidad de muestras. Como todo arte, el arte medieval fue la expresión de la mentalidad de aquella época.
Sin embargo, la sociedad medieval sufrió muchos cambios entre el siglo XI y el siglo XIII. Estos cambios se manifestaron en el arte, originando dos estilos diferentes: el románico y el gótico.
El románico apareció en el siglo XI en Europa Occidental, durante el apogeo del sistema feudal: fue un estilo rural. Los estudiosos del siglo XIX le dieron el nombre de románico pues se basó, en gran parte, en el arte de los primeros cristianos en Roma.
El gótico, en cambio, se originó en las ciudades. Los renacentistas lo llamaron despectivamente gótico, pues consideraban que este arte era tan primitivo como los godos. Hoy en día, sin embargo, el estilo gótico se ha revalorizado y se lo considera una de las expresiones más notables del arte medieval.
Tanto el románico como el gótico fueron artes cristianos y su misión fue educar a los fíeles. Sus artistas fueron, en gran parte, anónimos, pues en aquella época nadie firmaba sus obras.
Un instrumento de la Iglesia
Biblias de piedra
EI arte medieval pretendía instruir al pueblo, que era analfabeto, sobre las verdades del cristianismo. El arte se convirtió en el principal medio de propaganda de la Iglesia. Sin embargo, el románico no logró esta finalidad: su sentido simbólico y la forma de sus representaciones religiosas eran muy difíciles de interpretar, pues obedecían al gusto de una minoría: la del clero y la nobleza.
Esto sucedía, por ejemplo, con imágenes como la del capitel que se ve en la fotografía: representa la escena denominada molino místico, que indica que el cristianismo recibió y elaboró el contenido de las escrituras antiguas. Con el gótico, en cambio, el arte religioso dejó de ser el lenguaje misterioso de un pequeño grupo para convertirse en un modo de expresión comprendido casi por todos.
Capitel de la Catedral San Lazaro de Autun
Artistas anónimos
Cuando se ve una hermosa obra de arte, lo primero que se suele preguntar es quién la hizo. Sin embargo, nunca se conocerá a los artistas medievales, pues en aquel entonces, las obras artísticas se hacían en grupo y no se firmaban. En la Edad Media, los artistas y los artesanos empleados en la construcción de una iglesia se agrupaban en comunidades llamadas logias. Las logias eran gremios artísticos bajo la dirección de personas nombradas, generalmente, por la Iglesia. Sólo a finales del gótico, hacia el siglo XIV el artista se desvinculó de la logia, empezó a trabajar solo y con ello, a perder su anonimato. Entonces se convirtió en un individuo con ideas y un estilo y un nombre propio.
El arte románico en el arte medieval
A partir del año 1000, debido al enorme aumento de los bienes eclesiásticos los campos europeos se llenaron de iglesias y monasterios. Estos edificios se construyeron con un nuevo estilo, el románico, que es considerado el primer gran arte europeo.
El estilo románico fue ideado por los monjes de Cluny para propagar el cristianismo. El románico fue un arte monástico.
En la Edad Media, los puestos más importantes de la Iglesia se reservaban a los nobles. El románico, que fue un arte eclesiástico, reflejaba, por tanto, la mentalidad de los nobles feudales. Esto quiere decir que el románico fue un arte aristocrático.
Por último, como el arte románico se desarrolló durante la etapa feudal, fue también un arte rural, pues en aquella época la mayoría de la población vivía dispersa en el campo.
La arquitectura: fortalezas de Dios
Como el románico fue un arte cristiano, sus construcciones más características fueron las iglesias y los monasterios. Las construcciones románicas son edificios imponentes que reflejan el poder de la Iglesia. Se las ha llamado fortalezas de Dios, pues son grandes, firmes y macizas como los castillos de aquella época. Otros rasgos distintivos de la arquitectura románica fueron:
– El empleo de semicírculos en arcos y bóvedas, llamados arcos de medio punto.
– El uso de bóvedas de piedra o bóvedas de cañón, es decir, bóvedas en forma de semicírculo, para cubrir las naves de la iglesia.
– La incorporación de torres a las fachadas.
– La construcción de muros muy gruesos y con pocas aberturas para poder sostener el peso de las bóvedas.
Arquitectura Románica
La escultura y la pintura
Tanto la pintura como la escultura románica formaban parte del edificio: se subordinan al marco arquitectónico sobre el que se apoyan. La escultura se trabajó en piedra, y la pintura se trabajó sobre muros.
La característica fundamental de la escultura y la pintura románicas es su falta de realismo. Sus representaciones son rígidas y con pocos detalles. Por eso resultan inexpresivas.
– La escultura se concentra, sobre todo, en los portales de acceso y en los capiteles. Los temas preferidos fueron el Juicio Final y la Pasión de Cristo. Pero además, se ilustraron imágenes de trabajos, de la vida cotidiana, e incluso monstruos y figuras alegóricas.
– La pintura se realizó directamente sobre los muros de las iglesias. Se trató, por lo tanto, de frescos, donde se pintaban preferentemente las imágenes de Cristo o de la Virgen con el niño.
Edificios imponentes
Las iglesias románicas fueron edificios imponentes. Un cronista de la época explicó esta súbita proliferación de iglesias en el campo a partir del año 1 000 diciendo que era como si el mundo se hubiera repentinamente despertado y vistiera, de pronto, el blanco manto de las iglesias. Sin embargo, según el historiador del arte A. Hausser, las iglesias románicas no fueron construidas pensando en los fieles: eran demasiado grandes y por ello, jamás se llenaban. Estas iglesias se construyeron, según este especialista, para la gloria de Dios y para simbolizar la autoridad suprema de la Iglesia.
Los temas del románico
Los temas más importantes de la escultura románica fueron el Juicio Final y la Pasión de Cristo. El Juicio Final fue el tema preferido para los tímpanos de las iglesias. Este tema obedecía a la creencia generalizada de que en el año mil. Cristo volvería a la Tierra para luego juzgar a todos los hombres. El otro tema, la Pasión, se adaptó a la mentalidad feudal: la sociedad aristocrática de aquella época no gustaba del desnudo ni de la humillación, que creían indignos de Dios. Por eso. en las Pasiones románicas el Crucificado no se representa abatido en la cruz, sino casi en posición firme. Por regla general, es representado con los ojos abiertos, con corona y vestido.
El arte gótico en el arte medieval
El estilo gótico se originó en Francia. Las primeras construcciones góticas se realizaron en París y en las regiones cercanas durante el siglo XII. En el transcurso del siglo siguiente, el gótico se difundió por toda Europa Occidental.
El gótico fue producto del renacimiento urbano y comercial de la Edad Media: con el comercio y en las ciudades el gusto se refinó. Los burgueses ya no se conformaron con el románico, simple y tosco, y quisieron que el arte fuese un verdadero objeto de valor.
Entonces, los burgueses financiaron un nuevo estilo de construcciones en las ciudades. De esta manera nació el gótico, que volvió a crear obras artísticas verdaderamente bellas. El gótico fue por lo tanto, un estilo urbano y burgués.
La arquitectura
El principal exponente de la arquitectura gótica fue la catedral, algunas de las cuales llegaron a sobrepasar los 40 metros. Entre las más famosas se encuentran la catedral de Notre Dame, en París, y la de Reims, también en Francia, y la catedral de Colonia, en Alemania.
Sin embargo, los nuevos rumbos de Occidente propiciaron la construcción de monumentos urbanos: las lonjas, donde los mercaderes realizaban sus actividades comerciales, y los palacios, donde vivieron los burgueses más acaudalados.
Las características fundamentales de la arquitectura gótica son:
- El empleo de un arco apuntado, el arco ojival, en ventanas y bóvedas. Estaba compuesto de dos arcos que se cortaban formando un ángulo.
- El uso de bóvedas de crucería, formadas por dos arcos cruzados diagonalmente. Así el peso de la bóveda se condujo por los arcos a cuatro puntos concretos, los muros se liberaron de su función de soporte, y se los pudo perforar para colocarles vitrales.
- La construcción de arbotantes, arcos exteriores que apuntalaban las bóvedas para sostener mejor el edificio.
- La elevación de las naves, que le dio un aspecto muy esbelto a sus construcciones.
Catedral de Toledo
Esculturas y vitrales
Al igual que la románica, la escultura gótica fue de piedra y formó parte del edificio. Sin embargo, las figuras se representaron con más detalles, adquirieron mayor movimiento y naturalidad. Por eso la escultura se volvió más humana.
Las estatuas más notables se colocaron a ambos lados de los portales de las catedrales. Esto hacía posible que los fieles vieran los episodios de la historia sagrada desde el exterior de la iglesia.
Una vez dentro, los vitrales cumplían la misma función didáctica y al mismo tiempo, otorgaban luminosidad al espacio.
Dios se alegra de todo
A diferencia del románico, el gótico se preocupó por los detalles en sus obras de arte. Este cambio obedeció a una nueva corriente religiosa predicada por Santo Tomás de Aquino, uno de los teólogos más importantes de la Edad Media. Santo Tomás escribió: Dios se alegra de todas las cosas, porque todas y cada una están en armonía con su Esencia. Estas sencillas palabras fueron la justificación religiosa del arte gótico: todas las cosas, por mínimas que fueran, estaban relacionadas con el Señor. Todas, por lo tanto, expresaban lo divino a su manera. Por eso a partir del gótico la Iglesia consideró que todo era digno de representarse.
El arte del vitral
Los vitrales góticos se hicieron con el fin de que la luz- coloreada que entraba por las ventanas, les diera a los fieles la sensación de que en las iglesias había, definitivamente, una presencia divina. Como muchas otras invenciones de la Edad Media, los vitrales fueron de origen oriental. Al parecer, fue Venecia el primer centro de la industria del vidrio en Europa. La evolución del estilo gótico dio un enorme empuje a esta industria, pues pronto surgió una mayor demanda de vidrio. A pesar de ello, el vidrio fue siempre caro y escaso en la Edad Media.
Vitral de la Catedral de León