Arte y naturaleza en armonía

Por A-Cero Blog

Hoy, Joaquín Torres el director de A-cero te recomienda la Fundación Beyeler.

Durante sus cincuenta años como comerciante de arte, Ernst Beyeler ha continuado incesantemente con su gran pasión, el coleccionismo de arte. Con el tiempo, apareció la idea de buscar un futuro para sus cuadros y esculturas. La solución más obvia hubiera sido legarlas al Kunstmuseum de Basilea, sin embargo, cuando el gobierno de Basilea aportó sugerencias para un nuevo hogar para su colección, fue evidente que ninguno de estos lugares podría hacer justicia a estas obras de arte.

Así que la fundación se puso en marcha y con ello surgió la idea de construir un museo específicamente para albergar la colección. Ernst Beyeler estaba emocionado por la visión de combinar grupos de obras de artistas importantes de los últimos cien años, con esculturas de África y Oceanía en un entorno compatible. Sin embargo, esta opción aún no se había creado.

Tras haber quedado muy impresionado por la obra de Renzo Piano, que diseñó el Centro Pompidou de París y de la Menil Collection en Houston, le encargó al aclamado arquitecto italiano diseñar el nuevo museo. En la preciosa finca Villa Berower, perteneciente al municipio de Riehen, un entorno ideal para el museo, un hogar para el Water Lilies de Monet. La idea fue crear una síntesis entre la naturaleza, la luz del día y el arte, por lo que no podría haber cumplido con unas condiciones más favorables para ello. Un conjunto pictórico de la zona verde del prado con su rica y variada vegetación. Ernst Beyeler y Renzo Piano realizaron un amplio intercambio de ideas durante todo el proceso de planificación y construcción del museo.

Desde el principio, Renzo Piano, propuso la construcción de una zona del museo que constaba de tres secciones integradas en el terreno. Una sección se añadió posteriormente en la zona Este del museo. Al oeste, un jardín de invierno donde se abre una vista al campo, que barre hacia el río Wiese, a los pies de la montaña de Tüllinger. Renzo Piano prestó considerable atención al diseño del techo, buscando la manera de permitir que las fases cambiantes de la luz del día se experimentaran en el interior de las galerias, buscando el respeto de los requisitos para la conservación de las obras. El edificio fue diseñado para irradiar la simplicidad, manteniendo la armonía con su entorno.

Ernst Beyeler, buscaba que los visitantes fueran capaces de experimentar el museo y su colección en una sola planta, sin necesidad de subir escaleras, y crear un estanque fuera de la fachada orientado hacia el sur, mediante el hundimiento de todo el complejo a un nivel inferior del suelo. Esto dibuja en el museo una unión con el paisaje, además de prestar un carácter más íntimo del mismo.