Aquellos que conocen el mundo de la acuarela están tan al corriente de su potencial como de la crueldad de sus caprichos. Por eso, verla en gran formato es siempre un gozo y un ejemplo de valentía, una virtud que ha convertido a la pintora de origen polaco Malgosia Jankowska en nuestra artista de la semana.
Sus obras son pequeños ecosistemas que, partiendo del blanco y negro primordiales, desarrollan una amplia gama de grises que se suplantan como emociones sobre sus protagonistas, en la mayoría de casos niños que conviven en armonía con el entorno que les rodea: frondosos bosques, campos nevados y lagos de apacible belleza que hablan de la posible coexistencia entre el hombre y la naturaleza. “Sólo la inocencia puede conducirnos a la utopía”, puede leerse en sus trazos, espontáneos como la vida que desarrollan, que se apoya en un mínimo uso de la línea, una forma de separar a entidades vegetales de humanas; y una composición clásica y sin riesgos que queda disculpada por su efectividad.
Las pinturas de Malgosia Jankowska son una muestra de que el oficio, el énfasis en la técnica, es tan atractivo como cualquier concepto contemporáneo.
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Dos de las obras de Malgosia Jankowska podrán verse hasta el 10 de enero en la Galería Víctor Lope (Barcelona) dentro de la colectiva “Pequeñas confesiones”.