Para controlar el dolor articular existen varias opciones de medicamentos. El primero recomendado son los analgésicos como el paracetamol a dosis de 2-4 g/día siendo muy efectivo, este ha demostrado ser un fármaco eficaz, pues controla el dolor en el 40% de los pacientes. Aunque debe evitarse en pacientes con problemas hepáticos y alcoholismo.
Los analgésicos opiáceos débiles (tramadol y codeína) son fármacos eficaces y seguros en el paciente artrósico, siempre y cuando se vigilen estrechamente los efectos secundarios en los ancianos. Se pueden utilizar solos o asociados al paracetamol.
Los antiinflamatorios no esteroideos se pueden usar en los pacientes que no responden al manejo no farmacológico ni a los analgésicos como el paracetamol o a analgésicos opioides débiles).
Se recomienda empezar con dosis analgésicas y si no es suficiente se pasa a la dosis antiinflamatoria, en el caso de que el paciente presente datos de inflamación articular, aunque esta no es muy frecuente en la artrosis, se aconseja una dosis antiinflamatoria desde el inicio.
Entre los antiinflamatorios más usados están el ibuprofeno, diclofenaco, meloxican, piroxican y el naproxeno que es el más seguro cuando existe riesgo de enfermedad cardiovascular.
La aplicación de cremas o geles con poder antiinflamatorio y analgésico, es también una alternativa que ha demostrado ser eficaz, principalmente en la artrosis de rodilla, mejorando el dolor y el movimiento de las articulaciones.
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