El médico que busque en la sanidad privada una salida profesional lo tiene cada vez más complicado. Mientras los expertos aseguran que el sector de seguros de salud va viento en popa, los profesionales se quejan de unos honorarios irrisorios. Los reajustes en la relación económica con algunas aseguradoras, la rescisión de muchos contratos y los interminables requisitos para tener una consulta, no hacen más que poner trabas al profesional. A pesar de la crisis económica, la venta de seguros de salud sigue siendo un negocio redondo. Según datos de la consultora DBK, la facturación total por primas podría situarse en 6.750 millones de euros en 2011, un 5,5 por ciento más respecto a 2010. Pero nunca llueve a gusto de todos. Mientras las aseguradoras llenan sus arcas, la profesión médica ve cómo las suyas se vacían. En estos momentos, la mayoría de las compañías están negociando a la baja los contratos que tienen con los médicos. "En algunos servicios, los honorarios se están reduciendo entre un 40 ó 50 por ciento", dice Armando Fernández, portavoz de la vocalía de Médicos de Ejercicio Libre del Colegio de Madrid. El Colegio creó en febrero una comisión para mediar y velar por los intereses de los galenos. Caser, la punta del icebergNo sucede en todas las compañías, pero muchas han reducido sensiblemente los honorarios en Rehabilitación, Análisis Clínicos y Radiodiagnóstico. "En otras especialidades se han congelado los baremos", explica Fernández. Caser ha sido la primera aseguradora que la comisión ha mirado con lupa, "no por ser la que menos paga, sino porque cronológicamente decidimos empezar por ella", y el resultado de las pesquisas no ha sido nada halagüeño: va a negociar nuevos contratos con los profesionales y bajar los honorarios. (ver DM del 11-3-2011). "Lo que está pasando con Caser podría repetirse en otras aseguradoras. La actitud de sus responsables es dialogante, pero no contemplan subir el sueldo a los profesionales", dice Fernández. Lo cierto es que los honorarios de los galenos que trabajan para compañías de seguros privados distan mucho de alcanzar la perfección. Un médico de Familia puede cobrar entre tres y siete euros por consulta, mientras que en el resto de especialidades los sueldos pueden alcanzar los treinta. Los desencuentros entre médicos y aseguradoras son históricos, pero en estos momentos la situación parece insostenible. Los reajustes en la relación económica con algunas compañías, la rescisión de muchos contratos y los requisitos que se tienen que cumplir para poner en marcha una consulta privada no hacen más que poner trabas al profesional que quiere montar su empresa. "En algunos casos, el médico pierde dinero cada vez que se mete en quirófano o pasa consulta. Lo cierto es que son muchos, cada vez más, los que están echando el cierre. Es lo que le ha sucedido recientemente a un compañero. Por una hora de trabajo el médico cobraba 35 euros. Entre el profesional, el enfermero y el administrativo -Seguridad Social incluida- se le iban 80 euros cada hora. La aseguradora le pagaba 6 euros por paciente y lo normal era pasar consulta a seis de ellos en ese tiempo. Y todo sin contabilizar el alquiler de la consulta y otros gastos necesarios. Blanco y en botella, se ha visto obligado a cerrar", dice José María Nieto, vocal de Medicina Privada por Cuenta Ajena de la Organización Médica Colegial (OMC). El caso de este profesional no es aislado. Para frenar el chorro de cierres que se avecina, los vocales de la OMC han acordado reunirse en breve para valorar, en su justa medida, el precio de la actuación médica. "Les haremos llegar el resultado a las compañías de seguros. El objetivo es que el facultativo pueda recibir unos honorarios justos y que se unifique el sueldo que percibe este colectivo", explica Nieto. (ver DM del 19-I-2011). Debido a las trabas burocráticas y económicas para poner en marcha una consulta privada, el médico joven prefiere centrarse en el SNS Trabas económicas El coste para poner en marcha una consulta es variable, ya que depende de la ubicación, del material necesario y de la especialidad. "La puesta en funcionamiento de una consulta de Medicina de Familia podría ser de 2.000 ó 3.000 euros al mes", explica Fernández. Las trabas a las que se enfrentan estos profesionales no son sólo económicas, también burocráticas. Además de los requisitos necesarios para desarrollar cualquier otra actividad, como son las licencias o permisos del Ayuntamiento, también es obligatorio presentar la acreditación otorgada por la Consejería de Sanidad: homologación del titulo y especialidad, DNI, número de colegiado, seguro de responsabilidad civil profesional y sistema de protección de datos para el tratamiento de la información de los pacientes. "La calidad asistencial nunca ha dependido de los honorarios y es muy alta a pesar de las bajas retribuciones de los profesionales", dice Armando Fernández. El médico que busque en la sanidad privada una salida profesional, bien para completar el salario que recibe por su labor en el Sistema Nacional de Salud (SNS) o para dedicarse exclusivamente a la práctica privada, podría desaparecer. "La mayoría de los cuadros facultativos de las grandes aseguradoras llevan cerrados desde hace tiempo. Por este motivo, y por las dificultades económicas, el médico joven está abocado a centrarse en la sanidad pública. "Ni se lo plantea. Además, debido a la creciente feminización de la Medicina, cada vez son menos las mujeres que están dispuestas a trabajar en una consulta privada por la tarde", afirma Nieto. Las aseguradoras, sin embargo, parecen estar ajenas a esta situación. "No sé si son conscientes del problema del relevo generacional, pero de momento siguen teniendo cubiertas sus necesidades asistenciales y no piensan en el futuro. Un error", asegura Fernández. Los médicos que trabajan para las aseguradoras llevan años denunciando que perciben unos salarios basura, pero predican en el desierto. En Baleares, Córdoba y Málaga, compañías como Asisa y Adeslas han decidido seguir a pies juntillas el refrán de son lentejas... Están "forzando" a los médicos a firmar contratos en los que se estipula lo que van a cobrar al margen del número de pacientes que les visiten. "Se transfiere el riesgo que corre la compañía al médico. Si ve más pacientes de lo estipulado cobra más, pero ésta le paga menos por cada uno. Esta práctica se está generalizando", se lamenta Nieto. Se están negociando a la baja los contratos. En Baleares, Málaga y Córdoba algunas aseguradoras están transfiriendo el riesgo que corren al médico Casos como los de Baleares y Málaga podrían repetirse si no se articula un frente común que represente a la profesión ante estas compañías. "El médico negocia su contrato de forma individual, pero siempre se parte de unos márgenes irrisorios. Cada zona geográfica tiene sus problemas y las aseguradoras se aprovechan de ello. Les funciona el divide y vencerás", explica el portavoz de la vocalía de Ejercicio Libre de Madrid. Se estima que las desavenencias entre médicos y aseguradoras podría afectar a 4.000 ó 5.000 galenos que tienen consulta privada en la capital. Los datos de esta ciudad podrían extrapolarse, en mayor o menor medida, a otras. "En grandes ciudades como Madrid, Valencia o Sevilla, suele haber unos baremos inferiores a los de otras zonas como Lugo, Soria o Teruel, donde los médicos están mejor remunerados", explica Fernández. **Publicado en "Diario Médico"