Así de bien lo pasamos en el taller de bordado que impartí el pasado mes de diciembre en el precioso espacio de Ketola Scandinavian Design. El tiempo se nos pasó volando y las chicas se llevaron trabajo para terminar en casa.
Para mí la experiencia fue estupenda. Después de todo el tiempo que me llevó prepararlo, el momento de ponerlo en práctica y estar con las personas de tú a tú a mí me parece lo mejor. Todos los nervios, las preocupaciones, el pensar “¿les gustará o no les gustaré?” se disipan.
Tengo que reconocer que soy una persona introvertida, que suele disfrutar con los momentos de soledad, o en el tú a tú, tanto o más que con los grupos de personas más grandes. Pero cuando tengo algo que compartir y todos vibramos en la misma onda, en momentos como esos me siento plenamente feliz. Eso sí, después me quedo agotada y necesito un tiempo de desconexión en soledad. ¡Imagínate lo que supone para mí dar clase todos los días a grupos de 30 adolescentes!
Pues este fue uno de esos momentos.
Gracias a todas por venir, a Ruth por las fotos y espero poder repetir pronto.
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Un abrazo,
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Así fue el taller de bordado, es un artículo publicado en el blog de Montse Llamas