Un making off siempre es divertido, más aún si es rodeada de amigos y grandes profesionales.
Una localización mágica propiedad de una amiga era el escenario. Una gran estilista, Vanesa Italiano colgaba la ropa en varios burros y me animaba a elegir. Era temprano pero el calor amenazaba. Ropa de invierno, no importa. El ambiente era fresco y amable.
Rubén Vega organizaba a su equipo cámara en mano. Y DVelas colocaba sus fabulosos puff con velas de barco recicladas para los ratos de descanso y quizá alguna fotografía.
Después de un café, me ponía en manos de Marina Alejandre, maquillaje suave y un moño. Pedía
Empezaba una sesión larga pero divertida, Alberto Pinteño no perdía detalle, luego tendría que escribir el texto y la entrevista.
Sí, hay que pecar de vanidad para dejarse fotografiar con cambios de ropa incluidos, maquillaje, peluquería y muchas horas bajo el sol de julio. Pero Vanity Fair me daba la oportunidad con este cuidado reportaje, de dar a conocer mi línea cosmética, los difíciles comienzos que requieren todo lo que vale la pena. La dificultad de salir adelante en estos tiempos de trabas. Y por supuesto y muy importante, no olvidar nunca a las personas que en los momentos más duros, nos han ayudado.
Así que desde aquí mi agradecimiento a Lourdes Garzón, directora de la publicación y a todo su excepcional equipo.
Os dejo algunas fotografías tomadas durante la sesión para Vanity Fair y espero que os guste el reportaje.
Casi habíamos terminado, el calor era intenso y recordando el post Yo me mojo, no lo dudé y me tiré a la piscina. Porque a la piscina hay que tirarse de vez en cuando, a veces incluso sin saber si tiene agua. En esta ocasión la tenía, fue tener un flash back a las gamberradas de mi infancia.
No estaba en el guión, pero es así como surgen los mejores momentos en la vida.
Última fotografía, último retrato. Fin de una jornada. Bienvenido fue el puff de DVelas.
Reportaje completo Sonrisas y Lágrimas en Vanity Fair número de agosto.