NUEVA YORK (Reuters Health) – Las personas que toman bajas dosis de aspirina para cuidar el corazón podrían tener sangrados estomacales, según reveló un nuevo estudio.
En los usuarios de aspirina junto con otros fármacos comunes, ese riesgo sería aun mayor.
Los autores estimaron que si 1.000 personas que no toman aspirina o clopidogrel (Plavix) tomaran ambos fármacos, entre una y tres más de ellas sufrirían sangrado estomacal cada año.
En el mismo período, entre cinco y 10 de cada 1.000 personas de la población general padecerían el mismo trastorno, publican los expertos en la revista Circulation.
El doctor Colin Baigent, investigador de la University of Oxford en el Reino Unido, y que no particip del estudio, opinó que los resultados no sorprenden y “coinciden con las evidencias disponibles”.
La aspirina previene la formación de coágulos, lo que reduce el riesgo de sufrir un infarto cardíaco o cerebral. Las guías recomiendan que las personas que sufrieron un infarto tomen entre 75 y 325 mg diarios de aspirina durante el siguiente año y que también la usen las personas en riesgo de tener un infarto.
Pero también hay pruebas de que la aspirina y el Plavix elevan el riesgo de tener sangrados en el estómago y el primer tramo del intestino delgado.
El equipo del doctor Luis Rodríguez, del Centro Español para la Investigación Farmacoepidemiológica, en Madrid, analizó una base de datos con información de pacientes de atención primaria del Reino Unido.
La base incluía todos los casos de sangrado estomacal entre el 2000 y el 2007: un total de 2.049 personas de entre 40 y 84 años.
El equipo reunió también a un grupo de 20.000 personas de la misma edad y sexo, pero que no habían tenido sangrado en el mismo período. Los autores compararon a ambos grupos para identificar qué remedios tomaban los participantes y cuáles se les habían indicado el año anterior.
El 31 por ciento del grupo con sangrado estomacal estaba tomando una dosis baja de aspirina al momento de la hemorragia, a diferencia del 19 por ciento en el grupo de control.
Y los usuarios de dosis diarias de aspirina tenían casi el doble de riesgo de sufrir sangrado estomacal que los que no tomaban el fármaco. En los usuarios de aspirina y Plavix, el riesgo se triplicaba o cuadruplicaba.
Los pacientes que tomaban aspirina más otros fármacos, incluidos antiinflamatorios como el ibuprofeno y anticoagulantes como la warfarina (Coumadin), corrían más riesgo de tener sangrados que los que sólo tomaban aspirina.
A pesar de todo, Rodríguez consideró que la aspirina es un remedio importante para las personas que tuvieron un infarto y están tratando de prevenir otro.
“En la mayoría de esos pacientes, si la aspirina es para prevención secundaria, el riesgo nunca es tan alto como los beneficios”, indicó el autor a Reuters Health.
No así en la población que nunca sufrió un infarto, en especial cuando la aspirina se combina con otros remedios que aumentan aun más el riesgo de tener sangrados estomacales.
Según Baigent, “adherir por completo a las recomendaciones sobre el uso de la aspirina duplicaría el riesgo de sufrir hemorragias y la mayoría de esos problemas se atribuyen al sangrado grastrointestinal”.
Una forma de prevenir ese riesgo en usuarios de aspirina, explicó Rodríguez, es indicar el uso de inhibidores de la bomba de protones, que reducen parcialmente esa probabilidad.
FUENTE: Circulation, online 28 de febrero del 2011