Un estudio, presentado recientemente en la reunión de
Sesiones científicas de la American Heart Association en Chicago, analizó la
asociación entre la gravedad de la enfermedad coronaria y el grosor del tendón
de Aquiles en 241 personas que habían recibido un stent para abrir un vaso sanguíneo
bloqueado en su corazón. Los investigadoresde la Escuela de Medicina de la Universidad de
Kitasato en Tokio identificaron participantes con un grosor del tendón de
Aquiles de 9 milímetros, o más. Alrededor del 80 % de esos pacientes tenían más
de una arteria cardíaca que estaba bloqueada, lo que los colocaba en mayor riesgo
de sufrir un ataque cardíaco. Entre aquellos con un tendón de Aquiles más
delgado, el 58 % tenía más de una arteria cardíaca bloqueada. Las personas con
un tendón de Aquiles grueso también tenían más probabilidades de haber dejado
la enfermedad de la arteria coronaria principal, que se asocia con el mayor
riesgo de enfermedad cardíaca y muerte. El diagnóstico del grosor del tendón de
Aquiles podría potencialmente usarse para identificar a las personas con riesgo
de enfermedad cardíaca.