"Cuánta belleza en el arte, con tal de poder retener lo que se ha visto. No se está nunca entonces sin trabajo ni verdaderamente solitario, jamás solo."
Si algo tiene la figura de Van Gogh, es que sigue siendo mítica, al día de hoy, su obra como su personalidad aún siguen siendo elementos de estudio, y las dos no se pueden desmarcar de lo que finalmente legó para el arte. Aunque la idea del autor atormentado, no nace con Van Gogh, sí se establece como la figura central de este relato de dolor y rechazo, como lo fue la vida de este artista alcohólico, dependiente y mentalmente inestable, encarnado por el siempre sólido Willem Defoe, que no sólo asume las características del personaje sino que complejiza mucho más a ese "loco del pelo rojo", como el título de la película de Minelli en el 57. El encargado de llevar esta nueva adaptación, es el artista y cineasta estadounidense Julian Schnabel, quien nuevamente reemplaza los pinceles por la cámara de cine, y como analogía, hace de los planos, unos trazados violentos, discontinuos, pero profundamente emotivos. El trabajo de Schnabel, tanto detrás de las cámaras, como del pincel, siempre ha sido motivo de contradicciones y polémicas, sin embargo, quienes admiramos su obra como los que no, encuentran en ésta unos ecos biográficos, un evidente narcisismo y politización, elementos que no son ajenos a los artistas contemporáneos, o a la misma posmodernidad en el arte; y de los que el artista estadounidense, ha logrado sacar los mejores frutos.Como ha pasado con sus anteriores largometrajes, éste, aunque ha pasado por los mejores festivales, recibido importantes nominaciones o premios, no tuvo el mismo consenso entre crítica y público, principalmente en su historia y el hecho de recabar nuevamente en la compleja relación de Van Gogh con su época, que era lo que Schnable, buscaba.
Benoit Delhomme, es un director de fotografía que ha pasado por las filas de Tran Ahn Hung, Mike Figgis o en The Proposition de John Hillcot, con el que ganó un AACTA, con los cuales no solo ha explorado el manejo de la luz, sino del color; igualmente, al ser un experimentador por naturaleza, el fotógrafo francés se apropia de ciertos conceptos del arte y los traslada a las imágenes en movimiento, en este caso, la movilidad de la cámara como brochazos, y una división desenfocada como el sfumato renacentista, haciendo mucho más orgánico lo visual, que transita entre el naturalismo, el lirismo y los sentimientos del artista. También hay que reconocer, que desde lo técnico, el francés saca sus mejores cartas, tanto para la luz natural en exteriores, donde varía del ámbar, en la parte rural, como de la frialdad de la ciudad, en la que se ve más apocado el artista y su misma obra.
Las tomas largas, generan diálogos trascendentes entre Van Gogh y Gauguin, pero en las escenas cortas, la música de Tatiana Lisovkaia, alimenta las sensaciones y frustraciones del artista, además del gran trabajo de edición, en el que participó el mismo Schnabel,y Louis Kugelberg, que además de estar presente en el guión, es también la pareja del director.
Sin lugar a dudas, obras como ésta, necesitan de un gran trabajo de producción, tanto en su diseño, como en su dirección de arte y vestuario, en el que es efectivo el equipo Cressend/ Cavannon, que han trabajado en varias producciones nominadas o celebradas por crítica y público. Es innegable, que Schnabel sabe escoger a su equipo de trabajo, cubriéndose no sólo de grandes profesionales, sino de cierta unidad familiar, que parece darle resultados.Zoom in: Estrenada en el Festival de Venecia.Nominada a León de Oro en Venecia, ganadora en la categoría a mejor director y actor principal.
Montaje Paralelo: Pintores - Van Gogh