Debido a que la esperanza de vida ha aumentado y especialmente entre las mujeres, es normal llegar a esta situación de soledad en el hogar, una situación que lejos de reducirse, cada vez avanza más ya que desde 2001 el número de personas que viven en soledad ha crecido un 19,8%. Por ello se ha triplicado el número de usuarios que reciben ayuda a domicilio y se está provocando que sean las propias Comunidades Autónomas quienes tengan que valer por los mayores debido a la ausencia de familiares.
En pocos años se ha triplicado el número de usuarios de teleasistencia y de ayuda a domicilio lo que ha obligado a la mayoría de los ayuntamientos a aumentar su partida presupuestaria en gastos sociales.