Por fibromialgia entendemos un síndrome de dolor miofascial que produce sufrimiento y limitación funcional en quien lo padece. No tiene causa conocida ni tratamiento modificador del curso del proceso. Es una de esas situaciones en las que no somos capaces de saber qué está pasando dado que los análisis y pruebas diagnósticas son normales y no hay daño orgánico que podamos detectar. Por otro lado produce mucha frustración tanto en los profesionales sanitarios que no conseguimos curar el proceso ni apenas aliviarlo como en quien lo sufre y sus familias que ven que no consiguen la ayuda y el consuelo que solicitan.
Recibir un diagnostico de fibromialgia es una faena por las razones esgrimidas y por ser un condicionante inverso. Un médico que reciba a una paciente con esa etiqueta diagnóstica se echará las manos a la cabeza y tratará de escabullirse lo antes posible. A nadie le gusta fracasar en lo que hace y enfrentarse a este diagnóstico suele ser descorazonador para los galenos, por lo que huyen de él como de la peste.
¿Ayuda a la paciente recibir un diagnóstico de fibromialgia? si un diagnóstico no proporciona un tratamiento efectivo y puede predisponer al personal sanitario en tu contra parecería sensato replantearse la utilidad del mismo.