De color cobrizo oscuro, estas pequeñas legumbres tienen múltiples propiedades para la salud, siendo muy utilizadas en macrobiótica para fortalecer el organismo (gracias a su riqueza en minerales), así como para proteger el riñón y el sistema digestivo en general.
Su punto a favor versus otras legumbres es que las azukis no producen gases, ni flatulencias, ni digestiones pesadas, y queramos o no, eso es un punto a agradecer (sobre todo los que tienen problemas digestivos).
En Japón suelen utilizarse en platos salados y dulces, destacando los pastelitos dorayakis (que suele comer el gato mágico de dibujos animados nipón, Doraimon), así como en otros dulces para tomar habitualmente en la ceremonia del té (todo un ritual para los japoneses).
Bajas en calorías (263 Cal por 100 gramos), no contienen casi grasa (ideal para las personas que están a dieta para adelgazar), mientras que su contenido en proteína es muy destacable (16g. Por 100 gramos). Son muy ricas en minerales (hierro, magnesio y fósforo), y vitaminas (del grupo B y ácido fólico). Por otra parte, contienen 10 gramos de fibra soluble, por lo que la convierten en un alimento saciante y adecuado para las personas con problemas de estreñimiento.
Pero va a ser que aquí todavía no estamos familiarizados con estas cosas, por lo que las azukis pueden prepararse como lo haríamos con otras legumbres de la tierra. Estofadas con arroz, patatas, tofu, algas kombu o solas con romero, laurel, o anís pueden ser una buena alternativa.
Los que quieran comerlas en una manera diferente, las pueden incluir frías en las ensaladas de verano, o mezcladas en sopas y/o cremas de verduras o legumbres, o hasta se pueden añadir (en forma de pasta) en algunos postres o pasteles dulces.
Su preparación es la misma que con las demás legumbres. Se deben dejar en remojo durante 12 horas antes de su cocción, para que el agua facilite su cocinado.
En cuanto a las cantidades, una taza de café es suficiente para cada personas, y la proporción de agua, sería a un vaso y medio de 200ml. Otra opción puede ser comprarlas cocidas, (en algunos establecimientos dietéticos las venden ecológicas y preparadas siguiendo el método tradicional), y si os gustan, podéis dar el salto a prepararlas vosotros mismos en casa, siguiendo vuestros propias tradiciones y recursos.
Besos desde mi blog!!